Tampoco es que tuviera muchas dudas, pero después de varios días ojeando el famoso ´programa oculto´ del PP, lo tengo claro. Mariano Rajoy me ha convencido.

Lo que sigo sin entender es por qué el PSOE sigue haciendo alusión a la existencia de un programa que han denominado como ambiguo, oculto, disfrazado, peligroso, tramposo y no sé cuantas cosas más. Con el programa de los populares me ha pasado igual que con el debate televiso entre los líderes de ambos partidos: cuando terminó me fui con la sensación de que Alfredo había puesto a Mariano en una situación muy incómoda y, sobre todo, que el líder popular había dejado una imagen preocupante para ser el próximo presidente de Gobierno. Así que al día siguiente cuando leí y escuché algunos medios de comunicación pensé que seguramente me quedé dormido en el debate y soñé cómo me hubiera gustado que hubiese sido.

Pues en este caso, algo parecido me ha pasado. Los populares no tienen ningún ´programa oculto´; lo pueden decir más alto, pero más claro, no. Pongamos algunos ejemplos.

Energía. Los populares quieren que España no dependa tanto como actualmente de la energía que generan otros países; para ello proponen que la energía nuclear siga formando parte de nuestro mix energético. El propio Rajoy siempre ha defendido que no tiene sentido que compremos energía a Francia, que se fabrica en sus nucleares a unos cientos de kilómetros de los Pirineos, y que nosotros no podamos ser igual que ellos.

Organismos autónomos y análogos. El programa dice textualmente: «Racionalizaremos y, eventualmente, suprimiremos aquellos organismos, entes públicos y entidades instrumentales cuyas funciones pueda asumir la administración sin perjuicio de la labor que desarrollen». Lo que no entiendo es por qué, en Murcia, el señor Valcárcel sigue manteniendo y ampliando el poder de una sociedad mercantil como Giscarmsa cuando podría hacer el mismo trabajo el Servicio Murciano de Salud (SMS) con el ahorro que ello supondría. Algunos dirían que la privatización de la sanidad tiene mucho que ver aquí. Malpensados que son.

Convenios colectivos. Tendrán prevalencia en cuestiones salariales y condiciones de trabajo los convenios o acuerdos de empresa que pacten los empresarios y los trabajadores, dice el programa popular. Esto significa que si una empresa llega a un acuerdo con sus trabajadores en poner sueldos que estén en el salario mínimo interprofesional (actualmente 641 euros, la mitad que Francia) podrá hacerlo sin ningún problema. Esto nos llevaría automáticamente a que las empresas competidoras también pedirían rebajar los sueldos de los trabajadores en nombre de la competitividad. A esto se le llama productividad.

Educación. Los populares dejan tan claro que están comprometidos con una educación pública de calidad, como con «una oferta educativa plural de iniciativa social que permita responder a las preferencias de ideario o de modelo pedagógico de las familias». ¿De verdad creen que leyendo este párrafo es ambigua la apuesta por los colegios, institutos y universidades de ámbito privado y religioso?

Hay pocas cosas en la que todos estamos de acuerdo, pero hay una cuestión de la que nadie duda: los mercados financieros y los especuladores nos han llevado a esta situación por la falta de control y regulación de los mismos, por eso el programa popular deja bien claro lo que opina de ellos: «Impulsaremos el desarrollo de los mercados de capitales».

Por todo esto, tengo que dar las gracias a los populares. Mariano Rajoy y los candidatos patriotas de nuestra Región me han convencido.

Iré a votar y su papeleta queda descartada.