T
radicionalmente, los alojamientos en el medio rural se han contemplado como la panacea del nuevo desarrollo, contribuyendo a la diversificación de áreas en las que la actividad dominante es la agricultura. De hecho, la primera imagen que nos viene a la cabeza al hablar de desarrollo rural es la de las casas rurales. Pero, en realidad, esto no es así ni en términos cuantitativos ni cualitativos. La deformación posiblemente venga alimentada por la concentración sobre este sector de los recursos en las primeras iniciativas comunitarias, Leader I, aunque en las siguientes fuera perdiendo peso.
Con ello no queremos minusvalorar el papel estratégico de los alojamientos en el medio rural pero, lamentablemente, no hemos sabido articularlo junto a una oferta completa y variada de actividades que conformaran un producto de calidad. Lo esencial es el destino y no sólo el alojamiento, que es donde ha recaído el esfuerzo hasta ahora y, posiblemente, haya desembocado en un exceso de oferta.
Lamentablemente, no disponemos de datos fiables y, además, la economía irregular en este sector hace mucho daño respecto a la imagen frágil y sensible de una oferta que depende de la convergencia coordinada de multitud de actitudes públicas y privadas en la misma dirección. A pesar de este escenario, la situación actual puede depararnos una nueva oportunidad para relanzar este sector que tan necesario es para completar rentas en el medio rural, así como hacer posible la permanencia de la población contribuyendo con ello al mantenimiento de un patrimonio natural y cultural de primera magnitud.
A pesar de las circunstancias críticas actuales, las familias no renunciarán a salir de vacaciones. Puesto que, independientemente del nivel de la renta familiar, suponen un escape mental necesario para desconectar de la rutina. En este escenario y teniendo en cuenta que las salidas serán de menos días, más baratas y más cercanas es cuando la oferta del turismo rural se presenta como una oportunidad debido a una relación calidad-precio de primer nivel.
