Veinticuatro años. Ese el tiempo que ha tenido que esperar la Región de Murcia para volver a contar con un medalla olímpica. Casi un cuarto de siglo después de la medalla de plata conseguida en Decatlón por el murciano Antonio Peñalver durante en Barcelona '92. La pívot Laura Gil conquistó ayer, junto al resto de la selección española femenina de baloncesto, la medalla de plata tras caer en la final ante la todopoderosa Estados Unidos. Una presea que sabe a oro para la murciana, que es la guinda a su amplio palmarés durante su trayectoria con la selección nacional.

La murciana, de 24 años de edad, formada en las categorías del CB Santo Ángel y más tarde en el CB Capuchinos, se subió anoche al podio olímpico después de completar unos excelentes Juegos en Río. Lucas Mondelo, seleccionador nacional, siempre ha confiado durante el torneo en la forteleza defensiva de la murciana, que esta temporada competirá en las filas del Perfumerías Avenida, y en sus movimientos a la hora de aportarle de más soluciones a sus compañeras en el juego ofensivo como recambio para Astour Ndour, uno de los pilares de esta selección.

No obstante, anoche las jugadoras españolas no pudieron frenar el dominio de las norteamericanas, a pesar de que plantaron cara en el primer cuarto. Durante quince minutos soñaron con poder hacer de oro la plata ya segura con la que se plantó en la final olímpica ante Estados Unidos, un partido que encarrilaron las americanas en el segundo cuarto para logra un triunfo claro e incontestable (101-72).

Ese contundente marcador no empaña para nada el éxito del combinado español, que consiguió en Río de Janeiro lo que buscaba, una medalla. E incluso puede que una presea de más valor que esperaba, ya que de inicio apuntaba más al bronce.

Pero terminar el torneo con solo dos derrotas, ambas ante el Team USA, aunque hayan sido contundentes, es para valorar en un equipo que perdió a su baluarte principal, Sancho Lyttle, poco antes de viajar a Brasil. Un país y una ciudad, Río de Janeiro, que ya no olvidarán nunca las de Lucas Mondelo. Estados Unidos apenas tuvo problemas para seguir haciendo historia con un equipo de ensueño y suma su sexto oro consecutivo, y octavo en total, con su cuadragésimo novena victoria consecutiva.

Un triple de Maya Moore acabó con unos primeros compases sin anotación y abrió un intenso y peleado primer cuarto en el que España tuteó a España y Alba Torrens, con 10 puntos y 4/5 TC, se puso a la altura de las estrellas americanas. Apoyada en la balear, las de Mondelo hasta llegaron a mandar en el marcador hasta el minuto 8, pero las norteamericanas acabaron por delante (21-17).

La tercera falta de Ndour hizo mucho daño a España, ya que España perdió fortaleza interior y capacidad de anotación, a pesar de la lucha de Laura Gil en las dos zonas. Y peor le fue aún a la seleección con la tercera falta de Laura Nicholls también en el segundo cuarto, lo que le dejaba muy castigado de cara a la segunda mitad el trabajo en las dos zonas.

Llegó esa falta ya cuando Estados Unidos había pisado el acelerador y marchaba por 13 puntos, tras la aparición de Diana Taurasi con dos triples seguidos para superar por primera vez la barrera de los diez puntos de distancia (35-25). Otra de las estrellas norteamericanas, Maya Moore, continuó con la labor de demolición hasta un descanso al que se llegó 49-32 y con el partido ya en el camino que se esperaba: hasta un triunfo claro y contundente del Team USA.

En la segunda mitad el marcador no hizo sino seguir ensanchándose hasta superar la frontera de los 20 puntos ya en el tercer cuarto (56-34). De ahí al final, festival americano, detalles sueltos de España, entre ellos un triple desde campo propio de Silvia Domínguez sobre la bocina para poner el 81-49 del final del tercer cuarto, y un 101-72 que refleja la diferencia entre Estados Unidos y no solo España, sino con respecto al mundo. Hace dos años en Turquía, en el Mundial 2014, esta misma final acabó 77-64, pero la sensación sobre la cancha fue parecida.