La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Crítica

'Dopesick': de la avaricia y el dolor

Conforme va avanzando la propuesta, la serie se va haciendo más interesante porque vamos conociendo a los personajes y porque nos creemos lo que vemos

Protagonistas de la serie Dopesick, disponible en Disney+.

Dopesick es una serie que va de menos a más. Empieza como un drama al uso, con sus habituales rellenos que no aportan gran cosa para, de paso, ir tejiendo el perfil de los principales personajes que componen la historia. Personalmente, con mi particular aversión a la ‘paja seriéfila’ (aquellos episodios que no aportan nada claro pero que sí hacen sospechar que están ahí más por relleno que por otra cosa), habría sido muy fácil que la hubiera dejado en la cuenta, pero su tema central, todo hay que decirlo, era sumamente interesante. 

Dopesick nos cuenta la historia de un fármaco, el OxyContin, un analgésico tremendamente adictivo que se convirtió en una droga de uso común que terminó llevando a sus responsables a los tribunales. Las intrigas y los intereses de la farmacéutica centran el principal interés de esta serie en su objetivo por mostrar un aspecto que, desgraciadamente, es muy humano: la avaricia.

La serie se estructura en dos líneas temporales que al mismo tiempo son dos relatos paralelos y entrecruzados. En uno, vemos cómo el OxyContin se presenta y se vende al mercado bajo la falsa afirmación de que prácticamente no es adictivo. Por otro lado, tenemos la investigación de dos fiscales decididos a desenmascarar a la empresa que hay detrás.

De este modo, por un lado vemos cómo el OxyContin se va metiendo en la vida de las personas cuando es recetado por un médico; y, por otro, vamos descubriendo el entramado de intrigas palaciegas que conforman la empresa que diseñó el medicamento y las luchas de poder para mantener el control o, en última instancia, esquivar responsabilidades. Michael Keaton interpreta aquí a un humilde médico de un pueblo minero de los Apalaches americanos, y será él quien nos guiará por este mundo de adicción y dependencia cuando recete, y él mismo tenga que tomar el OxyContin. Al contrario de lo que se podría creer, Keaton no es aquí ningún Batman, y se mete en la piel de un hombre normal y corriente víctima de un engaño primero y una adicción después. Un personaje creíble, como casi todos los que intervienen en la serie.

Y, al otro lado, tenemos al villano, representado aquí con una sutil área maligna descrita por los detalles, como su interpretación extrañamente inquietante en cuanto tiene una de esas miradas que nos explican cómo son algunas personas, y esta, en concreto, era muy mala. Será, de hecho, el antagonista de Dopesick quien abra la historia con un inquietante plano que se va alejando poco a poco en donde el personaje hablará de dolor. Para muchas personas en el mundo, el dolor es una maldición, pero para nuestro singular villano, al frente de una farmacéutica, su principal fuente de ingresos.

Por increíble que parezca, Dopesick está basada en una historia real, por lo que si al parecer existe gente de la nula catadura moral que podemos ver en esta serie. Y, honestamente, esto no me deja más tranquilo. Y no porque haya desalmados por ahí pululando, sino porque puede afectar a la seguridad pública de los que no tenemos ninguna culpa.

Es también por esta razón que sea una historia real y que Dopesick no tenga grandes giros de guion, ni siquiera un final particularmente épico porque, en la mayoría de las veces, las cosas, cuando ocurren, lo hacen de forma mucho más mundana que a lo que nos tiene acostumbrados Hollywood. De hecho, el elemento que más patente dejará esto será el concepto de victoria o no que uno podrá interpretar en la serie. El héroe no se alzará con la chica en la cúspide de la montaña y el villano tampoco yacerá sin vida en un sucio charco de barro. En Dopesick las cosas son más realistas en este sentido y también más verosímiles, pero, sin embargo, invitan a la reflexión. 

Es por esto, como les decía al principio, que Dopesick sea una serie que va de menos a más. Alejada de las enrevesadas propuestas tan de moda actualmente, esta serie interpretada por Michael Keaton es bastante sencilla en este sentido. Conforme va avanzando la propuesta, Dopesick se va haciendo más interesante porque vamos conociendo a los personajes y porque nos creemos lo que vemos. Además, su paja, o llamémoslo, sus espacios de relleno, están muy bien diseminados y en algunos episodios ni siquiera existen y van directos al grano, lo que resulta sorprendente, como si hubiera alguien ahí detrás que nos quisiera contar una historia en vez de rellenar espacio de emisión. 

Es por esto que vale la pena adentrarse en Dopesick, aunque no haya generado mucho revuelo y no se haya oído hablar demasiado sobre ella. Tal vez se deba a que está muy bien hecha, y, lo que es más importante, no va de listilla. Esta serie es una propuesta compacta y brillante por su sencillez bien elaborada y lejos de los juegos de artificio repletos de espacios huecos al que tan acostumbrados estamos que aplaudan con frecuencia. En resumidas cuentas, una gran serie. Muy recomendable. 

Compartir el artículo

stats