Vivir entregado a la pantalla de la televisión no es sencillo: saber que cientos de miles de personas te ven y te acompañan cada día no es tarea sencilla incluso para el más experimentado. Los profesionales de la comunicación, los actores y los políticos están acostumbrados al ritmo frenético de la exposición y a los riesgos para la salud mental que esta pueda tener: además de estar preparados profesionalmente para ello y tener referentes a la hora de gestionar estas situaciones, cuentan con ayuda específica y herramientas para afrontar la sensación de que millones de personas tienen la vista puesta en ti.

Pero, ¿qué ocurre con las personas que reciben mucha atención mediática pero no pertenecen a ese mundo? Los concursantes de programas de televisión como 'Pasapalabra' son un ejemplo curioso de esto: al igual que sucedió con Rafa y Orestes, convertidos a base de constancia en dos grandes figuras de la televisión en España que no se han transformado en 'animales televisivos' y que conservan sus vidas más allá de su paso circunsancial por el plató de Antena 3.

Ahora es el turno de Moisés Laguardia y Óscar Díez: los aspirantes a llevarse el bote de 'Pasapalabra' que actualmente se encuentran disputando el Rosco y que, aunque son veteranos de los programas de televisión, también viven sometidos a los retos de que mucha gente pueda identificarlos por la calle o tenga las expectativas puestas en su desempeño.

 “Tengo mucho desorden en la cabeza”

Las últimas semanas han sido especialmente complicadas para Moisés: en los últimos días hemos visto que, aunque ha salido airoso en sendas ocasiones y ha llegado hasta el final manteniendo supuesto, muchos han temido por su permanencia en el concurso después de lo que han estado viendo esta semana.

Moisés Silla Azul Antena 3

Algunas voces incluso se han atrevido a acusar al riojano de estar haciendo trampas en el programa para ganarse el favor de la audiencia, pretendiendo que no conoce las respuestas correctas cuando, en realidad y según la interpretación de quienes lo observan, sí que las conoce.

Moisés ha decidido enfrentar finalmente la realidad y confesar delante de sus compañeros, invitados, del equipo del programa y de toda la audiencia qué es lo que le ha hecho tambalearse estos días en el programa. El candidato ha afrontado con madurez y serenidad lo que estaba ocurriendo y ha explicado qué estaba ocurriendo: "Tengo mucho desorden en la cabeza".

La causa de tal desorden, según ha explicado, sería el gran volumen de conocimientos que ha tenido que adquirir a lo largo de estas semanas: "Me he metido muchas cosas de fuera de diccionario y he perdido un poco el equilibrio".

Roberto Leal ha intentado darle un espaldarazo y animarle ungiéndolo en elogios, a lo que Moisés ha respondido "no lo sé ni yo, pero tengo que ordenarlas". En cualquier caso, el aspirante se ha felicitado por continuar en el programa.