Resulta curioso que una de las grandes aficiones de José Coronado sea resolver crucigramas en los largos paréntesis entre toma y toma. Un pasatiempo que parece más cercano a gentes menos aventureras que a este actor que también se abrió camino como empresario en varios frentes, "aunque hace 25 años todo era más fácil: los negocios y la interpretación, porque había menos competencia".

Ahora, tras el Goya por 'No habrá paz para los malvados' y otros filmes de éxito, vuelve al ruedo televisivo. 'El Príncipe' le ofrece un personaje de los que más le gustan: "Que no se agotan en la primera lectura, que enredan al espectador". Encarna a un veterano policía en Ceuta que contempla las dificultades de su nuevo jefe llegado de la Península para aclimatarse a un espacio "que funciona según reglas que no conoce".

Consciente de su buena racha -"me avergüenza hablar de ello con la cantidad de compañeros en paro"-, se enorgullece de haber dejado atrás al sex symbol mediático -"ahora miran a mi hijo Nicolás"-, al tiempo que busca destinos fuera de estas fronteras donde, a sus 56 años, se precise un actor "que se lleve bien con el riesgo".