Con un mes de antelación, la primavera ha llegado a Mula. Y es que en estos días en los que, al fin, ya podemos viajar, aunque sea entre municipios, una de las ciudades en las que los almendros y los frutales se visten de blanco y rosa, de púrpura y violeta, ha vuelto a correr sus cortinas para mostrarse de nuevo a los visitantes.

Porque si existe un momento para disfrutar de la naturaleza en la Región de Murcia, sin duda es en estas fechas, cuando sus campos visten sus mejores galas, poniéndose sus mejores trajes tras un invierno frío y confinados, un periodo largo y, a veces, tedioso. Pero la espera ha merecido la pena: sus campos nos ofrecen un espectáculo único.

Tras dejar atrás la tercera ola de la pandemia, y esperemos que la última, visitar los rincones de esta ciudad al aire libre se convierte no solo en una propuesta única y segura, sino que podemos disfrutar de uno de los paisajes más espectaculares de todo el Mediterráneo.

Lugares que no te puedes perder

Mula sigue poniendo mil medidas y cien propuestas para seducir al visitante, y amén que lo está consiguiendo. El Ayuntamiento de Mula ha hecho una apuesta firme por la cultura y un turismo alternativo y seguro, y eso sin duda la llevará a convertirse en un destino preferente a partir de mayo, cuando gracias a las vacunaciones masivas, poco a poco vayamos regresando a nuestra añorada normalidad.

Almendros en flor en Mula

Es cierto que campos de almendros y frutales de hueso hay muchos, a cual más espectacular, pero la carretera que une Mula con Casas Nuevas, pasando por Pliego, lleno de almendros en flor bajo las faldas de la imponente cara norte de Sierra Espuña, crea un efecto único.

Pero si este rincón ostenta el título oficioso de ‘mejor fotografía de almendros en flor de España’, no menos necesario es recorrer toda la naturaleza que Mula ofrece en esta época del año. Desde un paseo por Fuente Caputa; pasando por un recorrido lleno de magia, el Embalse de La Cierva; hasta sumergirte durante unos segundos bajo su tricentenario Pino de las Águilas, en pleno Campo del Cagitán.

Fuente Caputa en Mula

Pero si el turismo al aire libre ha tomado un protagonismo especial por culpa de la pandemia, haciéndonos reconfigurar toda nuestra estructura de vida, es gracias sobre todo a las posibilidades que ofrece disfrutar, junto al paisaje, de nuestro patrimonio. Si no conocen la Villa Romana de Villaricos, no duden en ponerse en contacto con la Oficina de Turismo, y reservar una visita guiada. Les aseguro que acertarán.

Un casco urbano único

Aunque, quizás, el mayor atractivo de Mula sea su propio casco urbano, seguramente el casco histórico más bello de la Región. En la ciudad de Mula, cuando uno pasea por su Plaza del Ayuntamiento; sus Gradas del Carmen; se asoma a los Miradores de Santo Domingo o El Carmen; o se sienta en cualquiera de sus terrazas, bajo la atenta mirada de su castillo, uno, en ese momento, tiene todo el derecho del mundo a sentirse parte de la historia de la ciudad.

Hace mucho tiempo escribí que si algún día me pierdo, y alguno de ustedes quiere encontrarme, seguramente estaré junto a mis amigos de Casa de Cristo, en su jardín interior tomando una cerveza, o sentado en la puerta de El Casino, saboreando alguna tapa mágica de José Miguel, mientras admiro uno de los cuadros naturales más bonitos que hoy uno puede vislumbrar: la plaza bajo la falda de un castillo que este año, estoy seguro, podrá celebrar su V Centenario como se merece.

Ana López, técnico de turismo, y Alejandra Martínez, concejala de Turismo en Mula.

Y es que Mula tiene magia, pero sobre todo encuentra en la humildad de sus gentes su mejor bandera. Tomarte un café junto a Nono García, uno de los herederos naturales de Ramón Gaya, y el todavía vibrante Pedro Cano, mientras te habla de acuarelas e ideas, de clases y colores, da una idea de qué tipo de gente hay aquí.

Vamos a seguir apostando por el distintivo de Turismo Seguro, adaptado al destino

Alejandra Martínez - Concejala de Turismo de Mula

Aprovechen, disfruten de la vía ferrata, de sus rincones bajo Sierra Espuña, de sus almendros llenos de vida, de sus riachuelos, sus fuentes y sus árboles, de sus jardines, de su asado en la Hospedería de Casas Nuevas, de Casa de Cristo, del Casino, de Casa Paco, (Niño de Mula), de las tapas del Bar de Juanjo y María (Puebla), de sus miradores, de sus iglesias y conventos... Pero, por lo que más quieran, suban al Castillo, y entenderán por qué un pueblo luchó por él. Cuando estén allí, con el Castillo a sus espaldas, disfruten de una ciudad llena de vida y de luz.

El Ayuntamiento de Mula ha decidido apostar por el turismo cultural, natural y patrimonial, y esa quizás sea la mejor inversión que hoy en día un municipio puede hacer. Sin ella, no hay futuro, solo desesperanza.

Dónde está Mula