Elecciones vascas

El PP alimenta la idea de tener la llave si no hay suma entre los socialistas y el PNV tras el 21-A

Lo que para algunos suena a “carambola” para otros dirigentes entra en el escenario de lo posible

En el PP vasco reflexionan: “Hay que terminar con la idea de que el PP no tiene discurso porque ya no existe ETA. Hay una oportunidad”

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (d), junto al candidato a lehendakari Javier de Andrés (i), participa en un acto de campaña en Getxo.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (d), junto al candidato a lehendakari Javier de Andrés (i), participa en un acto de campaña en Getxo. / Luis Tejido

Paloma Esteban

El PP de Alberto Núñez Feijóo se somete por primera vez a unas elecciones autonómicas en Euskadi. No es el territorio más fácil para los conservadores. Pero Javier de Andrés, delegado del Gobierno en el País Vasco entre 2016 y 2018, diputado general de Álava la legislatura anterior y tras un breve paso por el Congreso de los Diputados, está llamado a mejorar los resultados del año 2020. En aquella ocasión, en coalición con Ciudadanos, el PP consiguió seis escaños. Ahora todas los sondeos apuntan a que mantendrán esos mismos y arrebatarán el que Vox logró por Álava

Algunos dirigentes del PP vasco suben las expectativas. Y aunque evitan hacer grandes alharacas insisten en que la marca del partido “está fuerte” a nivel nacional y valoran horquillas que llegan hasta los 9 diputados. Ese sería un resultado mucho mejor de lo esperable. El escenario más optimista para los conservadores, en términos tácticos, sería que el PNV y el PSE no sumaran por sí mismos la mayoría absoluta. Eso pondría en un brete a ambos partidos, a la espera de ver posibles apoyos (Podemos podría desaparecer, pero Sumar sí podría tener representación).

Lo que los socialistas han repetido por activa y pasiva es que no darán la 'lehendakaritza' a Bildu, incluso aunque gane las elecciones. Algunos sondeos ya reflejan esa posibilidad -el CIS esta misma semana- y otros lo sitúan pisando los talones a los de Andoni Ortuzar.

La opción que resituaría al PP en el mapa político, dándole una mayor influencia, sería tener la llave frente a la coalición PNV-PSE. Se tendrían que dar varios factores: que no sumaran entre los dos 38 escaños (algunas encuestas los sitúan justo en esa cifra sin más margen), y también que a la izquierda del PSOE no lograran obtener escaño.

Lo que para algunos suena como “una carambola” para otros dentro del PP en Euskadi entra dentro de las opciones posibles. Y consideran que la recta final de la campaña, que en realidad empieza la semana que viene, tendría que basarse casi en exclusiva en ese mensaje. Después de las elecciones municipales del pasado mayo en el PP vasco criticaron la gestión de los pactos que la dirección nacional hizo, entregando al PNV gratis la diputación de Guipúzcoa, igual que la alcaldía de Vitoria al PSOE y otras tantas a los nacionalistas. El objetivo siempre fue el mismo: evitar que Bildu se hiciera con esos gobiernos.

Feijóo estará en Euskadi este domingo y hará un cierre doble de jueves y viernes la semana que viene. Ya en los días pasados cargó duramente contra el PNV, que a su juicio ha empeorado la gestión del País Vasco, permitiendo que haya dejado de ser la economía puntera que fue. La otra gran crítica va dirigida al PSOE por haber hecho de Bildu “un pilar fundamental” del Gobierno de Pedro Sánchez, haberle dado la alcaldía de Pamplona descabalgando a la alcaldesa de UPN hace solo unos meses y ahora, ya en el País Vasco, asegurando que no pactarán con la izquierda abertzale.

Los populares creen, además, que las alianzas de Sánchez en el Congreso han terminado devorando a los socialistas en algunos territorios. Primero fue Galicia (con un BNG que le ha comido la tostada al PSOE) y aseguran que ahora “ocurrirá en Euskadi”, donde hay dirigentes en el PP que creen que los socialistas podrían perder algún diputado más del que reflejan la mayoría de encuestas.

Cuando pasen estas elecciones vascas el PP seguirá teniendo algunos deberes pendientes. En el discurso, en lo orgánico, en la apuesta por nuevos liderazgos y en la recuperación de un partido que en realidad perdió a muchos de sus afiliados, concejales y simpatizantes en los años más duros de ETA.

Salieron de Euskadi y no regresaron. “Cuando nos dicen que en el PP vasco somos pocos. Que cabemos en una sala casi. Que no tenemos muchos cargos públicos... También hay que pensar que aquí hubo un momento en el que la gente se fue. Se marchó porque no podía más. Y otros no querían que se les vinculara al PP”. La reflexión la hace alguien que lleva décadas en el partido.

Feijóo también quiso hacer una referencia que no se alejaba mucho en el último debate en el Congreso de los Diputados. Se dirigió a Sánchez en estos términos: ¿Cómo puede venir a dar lecciones de condena de violencia habiendo convertido a Bildu en un pilar de su Gobierno? ¿Sabe que las próximas elecciones en Euskadi seguirán marcadas por la ausencia de centenares de miles de vascos que se fueron huyendo de la violencia? ¿Le parece que eso requiere una condena necesaria? Para mí, sí”. 

Con todo, sobre el terreno, no son pocos los cargos populares que reconocen que hace falta emprender un nuevo camino para contrarrestar el discurso del nacionalismo, ahora además que el PNV acumula un cansancio político y electoral evidente. 

Esta campaña vasca va de PNV y Bildu. Es inevitable y al resto de partidos les cuesta hacerse con su propio espacio. Pero los populares creen que el hecho de que la izquierda abertzale pueda ganar -o quedarse a punto de hacerlo- también será indicativo de que hay una oportunidad para el PP. “Nosotros podemos combinar el discurso de defensa a las víctimas, que nunca lo dejaremos porque el otro partido que lo tenía cada vez lo tiene más abandonado, con un discurso económico, industrial y de las verdaderas prioridades de la ciudadanía vasca. No son incompatibles y hay que romper el mantra de que el PP no tiene discurso porque ETA ya no existe”, explican fuentes de los populares vascos.