ELECCIONES VASCAS

Feijóo lleva Galicia a la campaña vasca: “Las alianzas de Sánchez terminan por comerse al PSOE”

El líder del PP aprovechará la toma de posesión de Alfonso Rueda para equiparar los casos de Galicia y Euskadi, donde el PSOE aspira a respaldar a los nacionalistas y ha ido perdiendo terreno

En Génova consideran que las elecciones vascas volverán a evidenciar la "debilidad" en la que ha quedado el PSOE en las CCAA por los pactos de Sánchez

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (2i), y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (1d), aplauden a su llegada a una reunión del Comité Ejecutivo Nacional.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (2i), y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (1d), aplauden a su llegada a una reunión del Comité Ejecutivo Nacional. / / GABRIEL LUENGAS

Este sábado Alberto Núñez Feijóo acude a la toma de posesión de Alfonso Rueda. El nuevo barón popular, que también es su sucesor en la Xunta, quedó confirmado hace dos meses con una mayoría absoluta holgada a pesar de las dudas que sintieron en los últimos días en Génova. El resultado de aquel 18 de febrero firmó también una señal alarmante para el PSOE gallego, que se quedó en nueve diputados con un BNG que alcanzó los 25.

El diagnóstico que hacen en el PP, sin embargo, es rotundo: Pedro Sánchez ha alimentado tanto a sus socios nacionalistas e independentistas que en muchos casos terminan ocupando buena parte del electorado de la izquierda, hasta dejar su partido en números casi testimoniales en comparación con la presencia que tuvo años atrás.

El caso gallego es el que el líder del PP piensa exprimir en esta parte final -la decisiva- de la campaña vasca. “El BNG le comió la tostada al PSOE en Galicia de una forma pasmosa. Casi no existe el partido ya. En Euskadi, Bildu puede ganar las elecciones. Si no lo hace se quedará a muy poco del PNV. Y a eso se suma que el PSOE no tiene ya ninguna autonomía de peso en su poder”, reflexionan en la dirección nacional. Para los conservadores el caso gallego, como el vasco, tienen un elemento común: los socialistas “buscan sobrevivir”, dicen en la cúpula, y “obtener los escaños suficientes como para ser bisagra” de uno de sus socios en Madrid.

En Génova piensan que Galicia y Euskadi son dos casos paradigmáticos de cómo Sánchez “ha ido cediendo espacio” en favor de todos los partidos nacionalistas que necesita en el Congreso. Los que apoyaron su investidura y de los que depende también la legislatura. “En el País Vasco la única aspiración del PSE es reeditar la coalición con el PNV, incluso perdiendo diputados. Y en Galicia solo pensaba en si había suma con los nacionalistas gallegos para desbancar al PP. Pero en ningún caso estaba en disposición de competir como el otro gran partido”, recalcan en Génova.

Feijóo quiere aprovechar la toma de posesión de Rueda este sábado para lanzar ese mensaje contra el Partido Socialista -“que hace mucho dejó de ser el que era”- dicen en su equipo. Y pretende, en plena campaña vasca, insistir en que el PSOE ya no gobierna en casi ninguna autonomía (exceptuando Asturias, Navarra y Castilla-La Mancha), y que en Euskadi, como ocurrió en Galicia, solo puede aspirar a dar apoyo a nacionalistas o independentistas: “Las alianzas de Sánchez terminan por comerse al PSOE”, rematan en la cúpula conservadora.

Como ya hizo en la campaña gallega, Feijóo va a recuperar la idea de que el Ejecutivo de Sánchez funciona en Madrid con una especie de “sistema de respiración asistida”, donde son los socios del PSOE los que sostienen al Gobierno con un partido cada vez más mermado a nivel territorial. 

El líder popular exhibirá la victoria gallega de su partido, cinco mayorías absolutas seguidas, la última ya con Rueda, como “fórmula de éxito” para impedir que el nacionalismo llegue a gobernar. La realidad es que el PP volvió a obtener un resultado que le permite gobernar en solitario otros cuatro años más, pero el nacionalismo ha ido creciendo de forma sostenida hasta el punto de que es ya la segunda fuerza en el Parlamento gallego con mucha distancia sobre los que le siguen. Y por primera vez Ana Pontón llegó a mirar de tú a tú a los populares en su aspiración de acabar con el gobierno popular.

Cataluña, excepción con desenlace incierto

El PP admite que la carta que Sánchez quiere jugar es la de Cataluña, donde todos los sondeos dicen que el socialista 

, como hizo en 2022. Lo que el PSOE dice, precisamente, es que su política busca la reconciliación y que eso es lo que está haciendo al partido crecer por delante de los independentistas. El PP considera que, al contrario, el secesionismo ha ido perdiendo apoyo por los resultados de la gestión de las últimas legislaturas -el debate de la sequía lo evidencia o la marcha de empresas a otras comunidades- y la sensación de que en los últimos años Cataluña ha ido a peor en todos los indicadores, desde económicos hasta educativos como mostró hace meses el informe PISA.

Consideran que la victoria de Illa, como también la de Ciudadanos en 2017 con Inés Arrimadas, responde a distintos factores que concentran el voto no nacionalista. Sin embargo, en Génova alertan que es Sánchez quien “vuelve a dar alas” a los independentistas catalanes, que registraron su peor resultado desde hace muchos años en las pasadas generales y, aún así, “les ha dado la llave de la legislatura”.