El pulso de España

El ajuste que le viene a España

La Airef reclama al Gobierno que comience a dialogar ya con las CCAA y prepare el cambio de filosofía de las cuentas públicas al que la UE nos obligará los próximos años

Pedro Sánchez interviene durante una sesión de control en el Congreso

Pedro Sánchez interviene durante una sesión de control en el Congreso / Eduardo Parra

Gemma Robles

En todos los debates que en estos meses han protagonizado el Gobierno y el PP en las Cortes, sea cual sea el origen de su convocatoria, hay unos momentos en que se tiran a la cabeza y con saña acusaciones sobre corrupción –han llegado a darse situaciones en que no se distingue bien quién manda y quién se encarga de hacer oposición-; hay salidas de tono; algún regate con tintes electorales y menciones a la situación económica. Sobre esto último el Ejecutivo suele pronunciarse con cierto tono triunfalista, porque los datos hasta ahora más o menos le acompañan. Y los populares, por su lado, a menudo se afanan en convertir en presente lo que pudiera (o no) llegar en el medio plazo, recibiendo por ello el calificativo de “agoreros” y “catastrofistas” desde la bancada azul, la del poder.

Todo eso forma parte del juego y de la rutina política, esa que, según la demoscopia, agota a los ciudadanos que han renunciado a instalarse en trincheras y esperan de sus representantes saber hacer, responsabilidad y algunos pactos de Estado en materias de calado o especial sensibilidad social. La economía, por su lado, siempre ha sido –con la excepción de las pensiones- un campo de batalla aceptado y compartido por la izquierda y la derecha, una lonja para la captación de avales y rechazos a análisis y modelos confrontados. Pero de vez en cuando a ese campo de batalla se atreven a asomarse instituciones como el Banco de España con sus previsiones o advertencias o la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que abre las ventanas con reflexiones sopesadas para que entre aire en el caldeado ambiente político y alguna que otra advertencia a tener en cuenta en los próximos meses, en lo que no todo son ni serán elecciones.

Una de esos “de vez en cuando” se ha producido este jueves, cuando Cristina Herrero, la presidenta de la Airef, ha instado a Hacienda a remangarse y ponerse manos a la obra con todas las administraciones públicas para comenzar ya el diálogo que ha de servir de base al Plan Estructural para 2025-2028 que todos los Gobiernos deben presentar a Bruselas antes del próximo 20 de septiembre, en el contexto de las nuevas reglas fiscales de la Unión Europea. Diálogo, diálogo, diálogo… diálogo como fórmula para abordar el ajuste presupuestario de unos 40.000 millones que afectará a España, como parte de una Europa que trata de adaptarse.

En este contexto la Airef ha tratado de sugerir que no todo puede ser confrontación política en estos tiempos (por más citas con las urnas que haya aún en lista de espera). Que también hay que atender con prudencia a la coyuntura económica, especialmente al que está por venir. Que no estaría de más reunir a la Conferencia de Presidentes autonómicos, o impulsar diálogos bilaterales y citas del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y la Comisión Nacional de la Administración Local (CNAL), dado el elevado peso del gasto autonómico sobre el total del Estado y la dimensión del ajuste que España tendrá que acometer –ya saben, ajusten vía recortes o vía aumento de ingresos- en los próximos cuatro años.

Eso no significa que nuestro país vaya a pasar del blanco al negro. Ni que no haya grises. Suele aposentarse la realidad precisamente en esos tonos grisáceos. Es lo que se aprende de la lectura de informes elaborados por instituciones alejadas del menudeo político, como ha desgranado para nuestros lectores nuestra especialista en economía Rosa María Sánchez: la Airef recomienda encarecidamente preparar el ajuste que va a llamar a nuestra puerta sí o sí, y hacerlo además con cooperación estatal, sin perder el tiempo. Avisa de que las nuevas reglas fiscales pueden suponer un ajuste de 0,63% del PIB en el conjunto de las administraciones públicas en los próximos cuatro años. Y alerta contra el incumplimiento generalizado de las reglas de gasto. Pero, al tiempo, eleva al 2% su previsión de crecimiento del PIB para el 2024 y prevé que el déficit público bajará el 3%, pese a atisbar deterioros en ejercicios futuros. Y en medio de esta lluvia de datos, la Airef pone por encima la recomendación de diálogo, diálogo y diálogo para afrontar lo que viene. Tomen nota.