Salen una concejal y la consejera

De Gijón a Extremadura en solo 24 horas: la entrada en los gobiernos genera tensiones en Vox

Por circunstancias distintas en apenas un día Vox registra dos salidas de un ayuntamiento y un gobierno autonómico y se abre la puerta a futuras rupturas

En el PP asumen que la celeridad y la falta de experiencia con los nombramientos "puede hacer estallar" a Vox en otros puntos de España

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante una rueda de prensa en la sede de su partido.

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante una rueda de prensa en la sede de su partido. / ÓSCAR J. BARROSO

Paloma Esteban

En apenas 24 horas

 y el de la Junta de Extremadura han sufrido una fractura. Los dos casos, con muchas diferencias, tienen un elemento común: los dirigentes de Vox actuales salen de ambos. En el caso de la ciudad asturiana, las tensiones de la alcaldesa, Carmen Moriyón (Foro), con la concejal y portavoz del partido de extrema derecha, Sara Álvarez, eran notorias desde la constitución del propio ayuntamiento. Su marcha era una crónica anunciada. Llegaría antes o después. El caso de Extremadura, que afecta por primera vez a un gobierno autonómico, se salda con la marcha de la consejera de Gestión Forestal y Mundo Rural, Camino Limia, que alegó “motivos personales”. De fondo: una crisis interna en el partido.

El PP de María Guardiola, la presidenta de la región, recibió la noticia de forma precipitada. La cartera, según el acuerdo firmado entre los dos partidos y que supuso uno de los momentos más tensos para Génova pocas semanas antes de las elecciones generales, pertenece al partido de Santiago Abascal. El sustituto será, precisamente, Ignacio Higuero de Juan, actual director general de Gestión Forestal, Caza y Pesca. 

Fuentes del PP nacional confirman que se trata de un problema “interno” en las filas de Abascal. Y reconocen que las “tensiones” podrían ir brotando en otros gobiernos municipales y autonómicos.

“Vox puede ir estallando”

En Génova aseguran que no es un asunto que les preocupe mientras no afecte a la gestión común. Pero también piensan, en vista de cómo se fueron gestando todos los consistorios y ejecutivos regionales, que Vox podría ir “estallando” poco a poco en otros puntos del país. Recuerdan, desde la experiencia de Castilla y León y hasta las más recientes, que el partido de Abascal tuvo muchos problemas para nombrar segundos niveles en la administración, igual que cuadros y dirigentes para llenar todas las listas. 

“Es un problema que antes tuvieron Podemos y Ciudadanos. No tienen gente porque los partidos no se construyen de un día para otro. Y entrar en gobiernos implica tener mucho músculo”, reflexiona un dirigente nacional con interlocución con Vox. El caso de Castilla y León fue, precisamente, el primer gobierno de coalición, y se formó en abril de 2022. Vox obtuvo por primera vez una vicepresidencia y otras tres consejerías. 

La elección ya tensionó a Vox en su día por ser la primera vez que tocaban poder en España. Y los desencuentros no han parado de sucederse en el primer año y medio de coalición, aunque la mayor tirantez llegó a cuenta del protocolo antiabortista que defendió Juan García-Gallardo y que el PP tuvo que frenar en seco. No hubo destituciones, pero sí avisos a navegantes.

Fuentes populares insisten en que las elecciones de mayo de 2023 y la conformación de gobiernos autonómicos en la Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón y Murcia, además de los Consells en Baleares forzó a Vox a entrar en las instituciones “con poca experiencia y teniendo que arriesgar”. A eso se suma su presencia municipal en algunos ayuntamientos de capitales de provincia como Valladolid (donde el PP maniobró para dejar fuera de Cultura los asuntos más sensibles como la Seminci y los Premios Goya del año que viene), Toledo, Guadalajara o Burgos; y otros consistorios de gran tamaño como Elche. 

“Cuando fuerzas la máquina se acaban rompiendo las costuras”, insisten dirigentes del PP que han negociado los acuerdos con Vox.

El caso de Gijón es particular porque existe un tripartito Foro-PP-Vox. La alcaldesa de Foro intentó evitar el pacto con los ultra a toda costa pero no hubo manera. Y al final, el Festival Internacional de Cine (FICX) fue el motivo. La concejal de Vox, responsable de Festejos, no garantizaba renovar el convenio con el colectivo LGTBI Xega para financiar uno de los premios que se entrega en la cita. A la alcaldesa le preocupó especialmente la intención de crear otro galardón que ensalzara “los valores de esfuerzo, trabajo y respeto a los demás”. Y también se quejaba de que había contribuido a “paralizar el funcionamiento del ayuntamiento” en cuestiones clave como las ordenanzas fiscales.

En la parte popular reconocen que Moriyón estaba decidida a tomar la decisión. En Vox molestó especialmente. Dirigentes de la formación de Abascal como Rocío Monasterio, portavoz en la Asamblea de Madrid, se quejaban amargamente de que algunos partidos “utilizan a Vox para luego insultarnos y patearnos”.

En esa misma línea Abascal, días atrás desde la tribuna del Congreso, advertía a Feijóo en el debate de su investidura que a partir del fracaso volvería a tener a personas “susurrándole al oído” que debía volver a alejarse de Vox

En el partido ultra están convencidos de que buena parte del PP se inclinará, una vez salga adelante la investidura de Pedro Sánchez, por ese camino. Todo ello después de haber cerrado un ciclo de pactos con Vox. El último fue el de la Región de Murcia al que Fernando López Miras se negaba. El PP tuvo que hacerlo para obtener los votos de Abascal ‘gratis’ en la investidura del gallego. Y el propio Feijóo reconoció esta semana con todas las letras que esos pactos, provocando una movilización enorme de la izquierda, le hicieron perder La Moncloa.