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El PP defiende el giro de Guardiola en Extremadura: "El pacto incluye de forma expresa la violencia machista"

Génova apunta a que Vox no entrará en el Gobierno de Murcia y sostiene que los acuerdos firmados "no implican cesiones ideológicas"

Spanish main opposite candidate for PM Alberto Nunez Feijo presents his economic program in Barcelona

Spanish main opposite candidate for PM Alberto Nunez Feijo presents his economic program in Barcelona / Enric Fontcuberta

Marisol Hernández

Satisfacción absoluta en el PP tras cerrarse el acuerdo en Extremadura que garantiza la presidencia para María Guardiola, aunque sea a costa de permitir la entrada de Vox en el Gobierno, justo lo que dijo que nunca haría. La posibilidad histórica de hacerse con uno de los "feudos tradicionales del PSOE, donde el PP quedó en segundo lugar pero obtuvo los mismos escaños que Guillermo Fernández Vara, ha pesado sobre cualquier otra cosa.

Al igual que sucedió tras el pacto en Baleares, en Génova mantienen que están logrando "frenar" a Vox. Aunque allí la ultraderecha no formará parte del Ejecutivo balear y en Extremadura, en cambio, tendrán la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural. El argumento esgrimido en ambos casos es que el acuerdo de investidura "incluye de manera expresa la violencia machista como un problema real que hay que erradicar en la sociedad extremeña". "Ni un paso atrás en la defensa de los derechos de las mujeres", aseguran desde la dirección popular.

En Baleares también se recogió, aunque eso no supone que Vox renuncie al concepto negacionista de violencia intrafamiliar. Para los populares la mención a la violencia machista en los dos pactos es una garantía. Su inclusión es una respuesta directa a la polémica generada por el acuerdo en la Comunidad Valenciana, que ha puesto a Alberto Nuñez Feijóo en un aprieto ya que, desde ese día, tiene que explicar la postura de su partido sobre la violencia de género. En Valencia se apunta sólo a violencia intrafamiliar, sin más matices.

Las exigencias de Vox y la tensión política que para el PP están generando los pactos propiciaron que Feijóo hablara directamente con Abascal y le transmitiera que no veía "razonable" la pretensión de entrar en todos los gobiernos, con independencia del papel que tengan en la investidura. Tras dos conversaciones puntuales se cerró la investidura de Marga Prohens en Baleares, donde, además de la presidencia del Parlamento, la ultraderecha formará parte de los consells insulares de Mallorca y Menorca.

Pero Abascal tardó apenas 24 horas en avisar que lo sucedido en las islas no iba a servir en otros lugares, en referencia a Extremadura, Aragón y Murcia. Desde el PP se explica que se ha permitido la entrada de Vox en los lugares en los que su voto afirmativo era imprescindible para lograr la investidura. Pero, destacan, "defenderemos nuestra legitimidad para gobernar en solitario donde somos la fuerza más votada y tenemos más escaños que toda la izquierda junta", como pasaba en Baleares y sucede también en Murcia. Allí para que Fernando López Miras permanezca al frente de la presidencia sólo se necesita la abstención de Vox.

Murcia, la siguiente prueba

Los populares han dejado a los de Abascal fuera de la Asamblea y avisan de que en el debate de investidura, que será la próxima semana, "no les será sencillo justificar que bloquea la toma de posesión de un presidente del PP que obtuvo casi el 43% de los votos".

Según se insiste desde Génova, los acuerdos con la ultraderecha "no implican cesiones ideológicas y confirman una forma diferente de proceder entre el PP y el PSOE". "El sanchismo ya tendría todas las presidencias autonómicas que la aritmética le permitiera, cediendo principios y valores a socios como Podemos, a cambio de conseguir el poder. El PP está protegiendo su ideología sin someter sus creencias a las exigencias de nadie", sostienen.