Caso de los ERE

Griñán no pisará la cárcel y mira "exhausto" al Constitucional: "Buena nueva por muy mala salud"

La Audiencia decide que el expresidente no entre en la cárcel por su cáncer, una noticia que le da algo de “tranquilidad” en un momento muy delicado de salud y cuatro años después de su condena

El expresidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Grinán.

El expresidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Grinán. / EP

Isabel Morillo

Es un hombre "exhausto". José Antonio Griñán Acaba de cumplir 77 años, el pasado 7 de junio, y la Audiencia de Sevilla acaba de suspender su entrada en prisión por los ERE. "Una buena nueva por una muy mala noticia sobre su estado de salud", lamentan quienes lo conocen muy de cerca. El sabor es agridulce. "Ahora está algo más tranquilo", señalan aquellas pocas personas con las que sigue conversando a calzón quitado. Practicamente su familia y un puñado de amigos. La decisión de suspender la entrada en la cárcel le da "algo de tranquilidad" pero el tratamiento de su cáncer de próstata, de radioterapia y hormonal, le tiene, admiten sus amigos, "hecho polvo". Está "agotado". La terapia le deja durante días "arrastrándose", casi no tiene fuerzas para moverse. Por eso los suyos asistían con "muchísima preocupación" al peloteo de informes entre la Audiencia y el Instituto de Medicina Legal, para tomar una decisión final sobre si ingresaba o no en la cárcel.

El expresidente andaluz, que ocupó ese cargo entre 2009 y 2013, se aferra como un clavo ardiendo al Tribunal Constitucional, que ha admitido un recurso de amparo por el caso de los ERE, que debatirá en pleno. Algo para lo que aún quedan meses. Él sigue convencido de su inocencia y cada vez más seguro de que el Alto Tribunal podrá desmontar su condena por malversación. Una pena que le impuso la Audiencia de Sevilla hace ya cuatro años, cuando le impuso seis años y un día de cárcel. La pena de prevaricación, la que se impuso al otro expresidente andaluz, Manuel Chaves, conlleva inhabilitación pero no prisión.

El voto particular

El Supremo confirmó esa sentencia aunque dos magistradas elaboraron un contundente voto particular al que se agarra su defensa para asegurar que, como consejero de Hacienda, participó en el diseño de los presupuestos públicos pero no en la ejecución de las partidas, por lo que creen que no malversó. La llamada pieza política de los ERE juzgó el sistema de reparto con el que durante una década (2000-2009) se repartieron 680 millones de euros públicos para trabajadores de empresas en crisis. Un sistema que se consideró "arbitrario", "discrecional" e "legal a sabiendas" para "evitar los controles".

La Audiencia de Sevilla, tras un tortuoso ir y venir de informes y solicitudes al Instituto de Medicina Legal, ha suspendido definitivamente en los próximos cinco años la pena de cárcel para el expresidente andaluz. Según fuentes próximas al expresidente, es un espaldarazo para coger impulso aunque su único objetivo, advierten, es que el Constitucional deje claro que no malversó “porque el fraude estuvo en Empleo”. Conforme a lo que dijo la médico forense en varios informes, solo el último concluyente, la entrada en prisión de Griñán suponía en estos momentos “un riesgo vital”, por lo que se desaconsejaba que fuera a la cárcel.

El expresidente acreditó que padecía un cáncer de próstata de “alto riesgo” ante la Audiencia apenas una semana antes de que expirara el plazo dado por la Audiencia de Sevilla para ejecutar la pena. Tuvo el diagnóstico definitivo ocho días antes. Desde ese momento junto a la gran sombra con la que lidiaba desde hacia años, la de los ERE, apareció otra gran amenaza, la de un cáncer que hacía aún más vulnerable su estado de salud, ya deteriorado porque siempre vivió con mucho pesar todo el proceso de los ERE. Desde ese momento pelea, cuentan los suyos, "por demostrar su inocencia" y porque la enfermedad le permita hacerlo y celebrarlo.

Apartado de todo

Griñán dimitió de la Junta, dejó el escaño de senador y suspendió su militancia en el PSOE, entre 2014 y 2016. Siempre dice que lo ha hecho todo "por no hacer daño". El día que la Audiencia leyó su condena explicó que sintió "que el aire se adelgazaba y que el ruido de la sala se enmudecía", contó en su novela 'Cuando ya nada se espera'. Escribir ese volumen, que narra como se hizo la Transición, le mantuvo con oxígeno mientras se instruía y juzgaba el caso ERE. Sus detractores lamentan que otros condenados estén en la cárcel con la misma enfermedad, como el viceconsejero de Empleo Agustín Barberá. Otro condenado, el exconsejero José Antonio Viera, acaba de recibir el tercer grado tras seis meses entre rejas también con cáncer.

La Fiscalía Anticorrupción no se opuso a su entrada en la cárcel. La acusación particular que ejerce el PP dejó la decisión en manos de la Audiencia aunque advirtiendo de que debería también reflexionarse sobre "la seguridad colectiva" y sin pecar de un margen demasiado amplio de "discrecionalidad o arbitrio". Es la Audiencia la que decide suspender la prisión durante cinco años. Sobre este asunto deberá pronunciarse también el Constitucional, aunque sin más misterio ni consecuencias después de que ya esté garantizado que, de momento, el expresidente andaluz no entrará en la cárcel. Sobre lo que sí deberá pronunciarse con efectos es sobre la condena por malversación. A ese hilo de esperanza se aferra Griñán para seguir combatiendo su mala salud.