Política

Ciudadanos se retira a los cuarteles de invierno: recorte drástico de su estructura y mudanza de sede

El partido convoca un consejo general para que apruebe la reducción de su estructura orgánica y dejarán ya la sede de Ventas por otra más pequeña dentro de la M-30 | La campaña del 28M costó 3 millones de euros: “Ir a las generales para nada nos descapitalizaría por completo”

Inés Arrimadas tras comunicar su marcha de la política en el Congreso de los Diputados.

Inés Arrimadas tras comunicar su marcha de la política en el Congreso de los Diputados. / José Luis Roca

Paloma Esteban

Con Inés Arrimadas fuera de la política (Ciudadanos no se presentará a las elecciones generales por primera vez desde 2015) y Begoña Villacís fuera del Ayuntamiento de Madrid, el partido se encuentra ya en suspensión. Como dice un veterano dirigente, “en estado vegetativo”. La explicación es esa: una especie de inconsciencia permanente donde siguen “vivas las ideas” y el espacio político. Pero los ojos apenas se abren.

El partido tuvo un debate sobre qué hacer tras la debacle electoral del 28 de mayo. No entraron en un solo parlamento autonómico ni ayuntamiento de peso. Se dejaron por el camino 1,6 millones de votos en comparación con 2019. Un desastre sin paliativos. El gasto de la campaña electoral, además, rondó los 3 millones de euros, según ha podido saber El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica. Y aunque existen ahorros en la caja, unas generales en este momento serían completamente letales.

Para evitar la descapitalización total, Ciudadanos tomará decisiones drásticas. El próximo lunes lo más probable es que la ejecutiva anuncie la convocatoria de un consejo general (máximo órgano entre congresos) para aprobar una reducción de la estructura orgánica. Es decir: un recorte de cargos orgánicos importante. El tamaño real del partido por representación institucional no puede soportar el actual organigrama. La otra parte más dolorosa, en los días posteriores, será reajustar el número de trabajadores en distintas áreas. Asesores y técnicos que llevan años en las siglas naranjas.

La decisión de dejar la actual sede de la calle Alcalá, un edificio completo de cinco plantas que hace esquina al otro lado de la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid, está tomada desde hace semanas. El partido lleva luchando por mantener la joya de la corona desde la repetición electoral de 2019, cuando Albert Rivera dejó la política. En aquel momento optaron por cerrar las sedes en las distintas comunidades autónomas y centralizar todas las operaciones en la capital. La propuesta de Carlos Cuadrado, entonces secretario de Finanzas, salió adelante. 

La situación ahora es insostenible y el partido se mudará a un local más modesto, aunque dentro de la M-30. Precisamente, Ciudadanos desembarcó en la sede de Ventas 15 días antes de las generales de 2015, las primeras a las que se presentó Rivera. Todo apuntaba a que el cuartel general se instalaría en el Paseo de Recoletos, pero finalmente optaron por una zona más sencilla, fuera de la almendra central y mayor tamaño.

“La sede actual está sobredimensionada para lo que somos. Está pensada para la época de los 57 diputados y presencia en media España. Eso ya no existe”, reflexionan en la cúpula. La decisión de mermar la estructura orgánica debe pasar por el principal órgano que toma las decisiones. La propuesta recaerá en el secretario general, Adrián Vázquez.

Volver para las europeas de 2024

El plan de supervivencia tiene esta pata financiera y otra de corte interno. Una especie de retirada a los cuarteles de invierno para que pasen las elecciones generales y el partido poco a poco se recomponga. 

Vázquez habló de un “rearme intelectual” tras comunicar oficialmente que no concurrirán a las generales. En realidad, coinciden distintos cargos, es un rearme de todo tipo. El partido necesita volver a reconectar con los suyos, recuperar el pulso de la afiliación, si es que sigue disponible, y casi empezar de cero.

No habrá desaparición porque las siglas no quedarán enterradas. La idea es salir del foco mediático y trabajar desde un perfil bajo, que permita avanzar en nuevas ideas que presentar a los españoles. En este momento, Ciudadanos mantiene que se presentará a las elecciones europeas, la siguiente gran cita de 2024. Recuerdan que son unos comicios más sencillos para partidos como el suyo por ser circunscripción única. Y siguen poniendo como ejemplo a otras formaciones liberales europeas que desaparecieron del mapa un tiempo y volvieron a resurgir.

“No tenemos masa crítica y los españoles han dejado claro que ahora mismo no apuestan por nuestro espacio. No tiene sentido presentarnos”, sostienen en la cúpula frente a las críticas de otros dirigentes como Edmundo Bal, que directamente llamó “cobardes” a sus compañeros de filas por “dejar en la estacada a 300.000 votantes”. Los pocos que resistieron el pasado domingo.

El partido, a pesar de hacerlo con una estructura mucho menor, busca dar cobertura a los 500 concejales que siguen manteniendo por toda España, especialmente en Cataluña. “No se les puede dejar tirados sin más”, explican, y seguirán contando con soporte y asesoramiento jurídico. El otro trabajo será el de potenciar nuevas figuras, insistir en la fundación liberal, rehacerse por dentro y volver a tener una oferta política creíble, aseguran los actuales dirigentes.

Otras marchas

Lo que está por ver es si permanece algún nombre de referencia. Con Villacís y Arrimadas (que se mantienen afiliadas y aseguran seguir fieles a la ideología liberal) hay otros nombres que anunciarán su marcha. El diputado malagueño Guillermo Díaz también confirmó que se retira a la vida privada. El resto del grupo parlamentario, con el adelanto electoral a julio, también queda fuera de juego. En la formación creen que alguno podría recalar en listas de otros partidos “ahora que son libres”.