TENSIÓN EN LA IZQUIERDA

Asombro en el PSOE por la "confusa" campaña de Podemos: aun así "aguanta"

Los morados cuesionan también la estrategia socialista y reclaman más coordinación en campaña

Ione Belarra, en un acto electoral.

Ione Belarra, en un acto electoral. / EP

Marisol Hernández, Ana Cabanillas

La distancia entre el PSOE y Podemos se acentúa, pese a que comparten Gobierno y que el día después de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo se pondrán de acuerdo en todas las comunidades y ayuntamientos donde sume la izquierda. Hace meses que las dos formaciones van cada una por su lado, sin apenas comunicación, más allá de las reuniones los martes del Consejo de Ministros.

La cita con las urnas ha hecho que los socios se vuelquen en estimular a su electorado pero el modo de hacerlo produce asombro mutuo. Los socialistas no comprenden que Podemos lance propuestas tan residuales como la ley para ilegalizar y disolver las organizaciones antiokupación como Desokupa. Ni tampoco la "confusión" por la diversidad de fórmulas que ha escogido para concurrir el 28M, con IU y sin ella, o su denominación, en unos sitios aparece Podemos y en otros no.

Una amalgama que complica a los votantes su identificación en un momento de dificultad para los morados, que llegan a los comicios con la huella del fuerte enfrentamiento con Yolanda Díaz. Aunque Sumar, la plataforma de la vicepresidenta, no se presenta a las elecciones, ella está tratando de ayudar a Podemos y a formaciones como Compromís o Más País, con las que se asociará en las generales de finales de año. Esta circunstancia desconcierta también a la izquierda.

No es el mejor momento para Podemos que trata de resistir en muchas autonomías pero en la dirección socialista confían en que "aguanta". Lo ven muy difícil en Madrid, tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento, pero creen que resistirá en Sevilla (ahí va con la marca Con Andalucía, con IU y Más País), Asturias, la Comunidad ValencianaBalearesNavarra Aragón y entrará en el Parlamento de Extremadura. Los últimos sondeos dibujan a un partido que sostiene su peso territorial y que aspira a mantener cinco regiones donde ya gobierna en coalición, con opciones de entrar a gobernar en tres comunidades más: Extremadura, Cantabria y Asturias.

A pesar de que la pervivencia de Podemos es fundamental para que los socialistas conserven hasta ocho ejecutivos autonómicos, entre ellos La Rioja que, en estos momentos, se ve más cerca del PP, en Moncloa diseñaron una campaña propositiva en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha ido adelantando en sus mítines decisiones que unos días más tarde aprobaba el Consejo de Ministros y sobre las que las miembros moradas del Gabinete -Ione Belarra e Irene Montero- no han tenido ningún conocimiento.

"Salir" de la polémica de Bildu

Si los socialistas observan con incomprensión la campaña de Podemos, los morados también cuestionan la estrategia del PSOE. Desde hace semanas vienen cuestionando la política de anuncios de Sánchez, criticando abiertamente su electoralismo. A esto se suman las críticas al PSOE por su gestión de la polémica con EH Bildu, que incluyó en sus listas electorales a 44 condenados por su vinculación por ETA.

Miembros de la cúpula morada consideran que habría que emplear el trampolín del Consejo de Ministros para tratar de pasar página a un debate que resulta incómodo tanto a PSOE como a Podemos, y creen que la única forma de "superar el marco de ETA y Bildu" es a través de anuncios "más potentes" que marquen el debate público y eviten que la polémica marque también la recta final de la campaña.

Estas mismas voces muestran abiertamente su escepticismo por las últimas medidas anunciadas, como el cine a 2 euros los martes para los jubilados, o la bonificación para el interrail a los jóvenes. "Ese marco no se combate con medidas pequeñas como la del cine. La forma de salir no es esa", censuran.

Los morados llevan semanas reclamando al PSOE pactar los anuncios de Gobierno y hacerlos conjuntamente, con el objetivo de no escenificar división a las puertas de las elecciones y al mismo tiempo evitar verse desplazados por Sánchez, una tónica que se ha convertido en habitual. La interlocución con el ala socialista es a varios niveles, tanto a nivel ministerial con Félix Bolaños como a nivel parlamentario, entre el portavoz Pablo Echenique Rafael Simancas, secretario de Estado de Relación con Las Cortes. Desde el PSOE "dan largas", se quejan en Podemos, donde confirman la falta de avances para diseñar esta suerte de estrategia conjunta.

Campañas a la contra

El PSOE niega que eso debilite a sus socios y esgrimen dos razones para continuar haciéndolo. La primera es que se enteran en el Consejo de Ministros que es "dónde tienen que saberlo", aunque Sánchez lo ha hecho público antes. La segunda es que si se lo comunicaran previamente ya no serían anuncios porque, si de algo se ha quejado el bloque socialista a lo largo de la legislatura es de las "continuas filtraciones" de Podemos. La postura tanto en Ferraz como en Moncloa es que, en realidad, están ayudando a Podemos porque, explican, "no estamos contestando" a sus permanentes críticas al PSOE.

Las declaraciones de los morados contra las medidas anunciadas por Sánchez han acabado escociendo a los socialistas que se quejan de que hagan su campaña a base de cargar contra ellos. Al principio -este combate dialéctico comenzó en enero- parecían entender que Podemos se reivindicara y que tratara de vender que su presencia en fundamental en el Gobierno. Pero, conforme han pasado las semanas, esta postura ha irritado al PSOE que no ve acertado que insistan tanto en su "diferencia con nosotros".