Ministerio de Exteriores

El Gobierno fija como prioridad de su acción exterior la seguridad de los españoles en un mundo convulso

José Manuel Albares ha comparecido a petición propia en el Congreso de los Diputados para explicar las prioridades y retos de la política española y la estrategia humanitaria para 2023

Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. / José Luis Roca

Mario Saavedra

La política exterior española fija como prioridad este año garantizar la seguridad y la prosperidad de todos los españoles “en torno a los valores europeos”, y todo ello en “uno de los momentos más complejos y convulsos desde la caída del muro de Berlín”. Así lo asegura el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que comparece en el Congreso de los Diputados para definir las claves de acción de la diplomacia española este año. “Queremos abolir la guerra como forma de resolver disputas entre estados”, ha dicho el ministro. “Nuestra prioridad es trabajar para que la paz vuelva a Europa lo antes posible. Una paz que respete el derecho internacional, la soberanía territorial, la diversidad… No podemos resignarnos a la guerra y al belicismo de Rusia”.

Albares ha defendido que la crisis con Marruecos del año pasado ha quedado superada, y considera que la hoja de ruta que se ha trazado con el vecino del sur avanza, a pesar de que aún no se han abierto las aduanas de Ceuta y Melilla. “La Reunión de Alto Nivel arrojó el mayor número de acuerdos de los treinta años de historia”.

El ministro ha subrayado que la presidencia del Consejo de la Unión Europea que comienza en julio es una cuestión de Estado, y que España trabajará para impulsar la comunidad política europea, con una cumbre en España el próximo octubre. El Gobierno impulsará la reforma de la gobernanza económica de Europa “para fijar unas normas fiscales más justas y más realistas, para enfrentarnos a las próximas crisis”. Todo, en un contexto en el que “cada vez más evidentemente la geopolítica prima sobre la geoeconomía”, lo que obliga a reforzar la autonomía en la energía, la salud, la alimentación. 

Albares presentará ahora la primera Estrategia Española de Diplomacia Humanitaria, que estará vigente en el período 2023-2026 y que quiere convertir a España en un actor relevante en materia de protección, prevención y mediación para la población civil. 

La Estrategia Española de Diplomacia Humanitaria se centra, según el propio ministerio, en tres objetivos. El primero es prevenir y resolver conflictos, y entre sus ejes de actuación se incluyen la diplomacia preventiva, la protección del espacio humanitario y lucha contra el terrorismo, entre otros. El segundo objetivo es promover el respeto del Derecho Internacional Humanitario incluyendo entre sus principales ejes de actuación la lucha contra la impunidad y rendición de cuentas, la protección de misiones médicas, niñas y niños en conflictos armados. El tercer objetivo se centra en proteger a las personas en situaciones de vulnerabilidad y entre sus ejes de actuación figuran la lucha contra la violencia sexual, así como la atención a refugiados y desplazados interno.

Frenesí diplomático en 2023

La diferencia fundamental entre la diplomacia este año en curso y el anterior reside en el hecho de que este es un año electoral, con dos citas importantes con las urnas. Quedan ya como mucho diez meses para que el Ministro de Exteriores, José Manuel Albares, cierre la legislatura y presente resultados de sus dos años de gestión, tras sustituir a Arancha González Laya, que abandonó el Gobierno tras el enfado de Marruecos por el acogimiento en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para ser tratado por un covid grave.

2022 fue el año del giro en el Magreb, de las negociaciones con Reino Unido para definir el futuro de Gibraltar, de la guerra de Ucrania y de la cumbre de la OTAN en Madrid. Fueron doce meses trepidantes para la diplomacia española.

En marzo, por sorpresa, la Casa Real de Marruecos publicó una carta que había enviado Sánchez al monarca alauíta, Mohamed VI. Le expresaba su apoyo al plan marroquí para dar al Sáhara Occidental ocupado una situación de autonomía sin llevar a cabo ningún referéndum de independencia, que es la vía propuesta por Naciones Unidas. Esa era, en palabras de Sánchez, la solución “más seria, realista y creíble” para solucionar el diferendo. 

En abril, Argelia emprendió una serie de represalias comerciales por el giro hacia Marruecos de España. Los empresarios españoles han perdido ya más de 600 millones de euros en exportaciones. Albares ha pedido amparo a la Unión Europea, que de momento no ha conseguido acabar con el castigo, salvo para obtener un compromiso de Argel de mirar los bloqueos comerciales caso por caso.

En junio, España celebró con éxito la Cumbre de la OTAN, en plena guerra de Ucrania. Allí se acordó que Turquía permitiría a Suecia y Finlandia entrar en la Alianza, algo que de momento no ha ocurrido, y se firmó el Concepto Estratégico de la OTAN más importante de las últimas décadas. En el documento se definía a Rusia como la amenaza más seria para los países aliados y a China como desafío estratégico. 

Mientras, seguían las negociaciones para derribar la Verja que separa España de Gibraltar. En diciembre se torcieron, y Albares dio una suerte de ultimátum a las partes que negociaban (Reino Unido y la Unión Europea, con presencia de España y Gibraltar). Esas negociaciones se han retomado este mes de enero, de momento sin éxito.