La consigna está clara: la Comunitat Valenciana no es Andalucía. Es una de las frases más repetidas entre los altos cargos de los partidos que componen el Consell. La idea es encapsular la mayoría absoluta del PP y el naufragio de las fuerzas progresistas al escenario andaluz y todos sus condicionantes. Que se quede en un hecho puntual que no sirva de revulsivo para la derecha. Y la diferencia en la que más ahondan es que Moreno Bonilla basó su éxito desde el gobierno de la Junta, algo que en territorio valenciano corre a cargo de la izquierda. 

La contundente derrota de las formaciones de izquierda el pasado domingo ha servido de toque de atención y ante esas señales de alerta comienzan los mensajes de conjura. Queda menos de un año para las elecciones y la batalla no se da ni mucho menos por perdida. Es más, la sensación (al menos la que transmiten) es la contraria. "Aquí el gobierno de progreso cuenta con la simpatía de la mayoría de la población", verbaliza el vicepresidente segundo de la Generalitat y máximo responsable de Unides Podem en el Consell, Héctor Illueca.

La semana podía haber sido dramática tal como pintaba le lunes. Al resultado en Andalucía (enarbolado por Carlos Mazón y el PPCV para conquistar la Generalitat) se le sumaba la situación de investigada de Oltra, sin atisbos de dimitir y con la posibilidad de un choque frontal entre Compromís y el PSPV en caso de que Ximo Puig llevase a cabo su destitución. Sin embargo, el paso al lado de la vicepresidenta, la rápida elección de una sustituta y la noticia de Ford han estabilizado la situación y permiten al Ejecutivo centrarse en vender gestión.

Es ahí donde fuentes del PSPV inciden en la diferencia con respecto al PSOE andaluz. Consideran que Puig tiene gestión propia que exhibir mientras que Espadas solo podía tirar de lo hecho por el Gobierno de España, los indicadores económicos en la Comunitat Valenciana acompañan y el 'president' es ampliamente reconocido, algo que no ocurría con el candidato socialista a la Junta. Es más, creen que si alguien está en la situación de Espadas es el líder del PP valenciano, Carlos Mazón, mientras que Puig se acerca más a la transversalidad mostrada por Moreno Bonilla y que tan buenos frutos le ha dado.

Para poder dar esa imagen, la crisis interna en el gobierno se había de resolver y los acercamientos entre Compromís y Presidencia, la reconstrucción de puentes lograda en las últimas horas, permite iniciar la semana con el objetivo de volver a la gestión. Es lo que piden desde Unides Podem. Cerrar filas, proteger el Botànic y "pisar el acelerador" en medidas de protección social. Ser "valientes" a la hora de afrontar la crisis inflacionaria como ya expresaba la síndica de la coalición, Pilar Lima, a la nueva vicepresidenta Aitana Mas en la valoración de su aterrizaje.

Este espacio político se encontró ante un mal resultado el 19J (bajo la papeleta de Por Andalucía) donde la desmovilización de su electorado y la división de voto con otra candidatura a la izquierda del PSOE fueron las grandes penalizaciones. Una posible alianza con Compromís facilitaría el camino, pero la marcha de Oltra lo dificulta. Sin embargo, los llamamientos a trabajar por la unidad no cesan en la coalición. De lo que sí son conscientes es que el Consell se juega su continuidad en las urnas a partir de su acción de gobierno. Es ahí donde se repite el mantra que sirve de conjura: "Esto no es Andalucía, aquí gobernamos".