Los miembros de ETA Iurgi Garitagoitia Salegui y Ugaitz Errazquin Tellería han negado este lunes ante la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional haber participado en el asesinato del empresario Ignacio Uria, ocurrido el 3 de diciembre de 2008.

En la primera sesión de la vista oral, que se extenderá hasta el jueves, el tribunal ha escuchado a los dos etarras y a una serie de agentes de la Ertzaintza que participaron en atestados relacionados con la investigación de dicho asesinato.

Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Garitagoitia y Errazquin --el primero 'liberado' y el segundo 'legal'-- integraron junto a Joanes Larretxea, Manex Castro y Beinat Aguinagalde el comando 'Ezuste', un talde que estuvo activo desde agosto de 2008 y hasta marzo de 2009, cuando fue desarticulado.

Dado que una de las acciones del talde fue el atentado en Azpeitia (Guipúzcoa) con el que acabaron con la vida de Uria, propietario y miembro del Consejo de Administración de una de las adjudicatarias para la construcción del tren de alta velocidad (la conocida como Y vasca), en esta vista se trata de dilucidar si efectivamente ambos acusados tuvieron parte en los hechos. Por los mismos ya han sido condenados Aginagalde y Larretxea.

Según Fiscalía, los acusados el 3 de diciembre de 2008 a las 10.00 horas se desplazaron a un parking ubicado en Deba (Guipúzcoa) donde se dirigieron al propietario de otro coche, un Alfa Romeo, que estaba preparándose para iniciar una excursión por el monte, y a quien hicieron salir de su interior bajo amenazas y encañonándole con un arma de fuego.

Una vez fuera, le colocaron unas gafas de tipo 'solárium' para impedirle la visión y le obligaron a introducirse en la parte trasera de su propio vehículo, donde le ataron las manos por delante con bridas de plástico y le colocaron unos auriculares en los oídos con música para que no oyera nada, señalaba la Fiscalía en su escrito, y ha corroborado punto por punto uno de los agentes que ha declarado este lunes.

Tras este secuestro, Garitagoitia se habría quedado en otro coche (un Volvo granate) junto a Manex Castro vigilando al propietario del Alfa Romeo, mientras que Errazquin se habría ido junto a Aguinagalde y Larretxea a realizar la acción que acabó con el asesinato de Uria frente a un restaurante de Azpeitia.

Pero en el día de hoy, Garitagoitia -que sólo ha respondido a su defensa- ha negado haber secuestrado al propietario del Alfa Romeo y sólo ha reconocido que puede ser que condujera en 2008 un vehículo de la marca Volvo así como que conocía a Larretxea, si bien ha puntualizado que en muchas ocasiones no compartían información de lo que hacía el otro.

Por su parte, Errazquin en su declaración ante el fiscal sí que ha apuntado que conocía al resto del talde, a excepción de Garitagoitia, y que se considera miembro de ETA desde que huyó en 2009 a Francia. Hasta entonces, en 2008, su labor había sido la de un colaborador que hacía de puente o conexión entre varios miembros del comando.

No obstante, ha incidido en que no tuvo conocimiento ni relación con el hecho que se juzga, que no hizo las veces de lanzadera para el comando, que no vio cómo uno de ellos disparaba a bocajarro al empresario y que huyó de España a Francia porque vio que su nombre salía en medios de comunicación con "acusaciones graves". A preguntas de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) ha negado recordar donde estaba la mañana del asesinato y que se hubiera subido al Alfa Romeo robado.

Barna postiza y tráfico de llamadas

En cuanto a los vestigios que ubican ADN de Larretxea en el coche de uso habitual de Errazquin (un Ford Fiesta de su madre), ha señalado que pudo haberse subido al mismo en algún día de lluvia, y misma respuesta ha tendido ante los vestigios de ADN de Manex Castro, si bien ha insistido en que nunca transportó a un comando a realizar ninguna acción.

Tras el breve interrogatorio a los acusados, ha sido el turno de la declaración por videoconferencia de los ertzainas que jugaron algún papel en la investigación del asesinato. El primero de ellos, que ha realizado un relato pormenorizado del hecho, ha indicado que tras los tres disparos, recogen en el atestado que un testigo ve sobre las 13.00 horas a un hombre, de 1,85 metros con barba postiza y que porta una pistola, subirse a un alfa romeo, vehículo que aparece más tarde quemado en una pista forestal.

Asimismo, ha incidido que de la práctica de las evidencias sobre los tres casquillos de 9 milímetros hallados en el lugar del asesinato no se ha podido identificar al autor de los disparos, y del vehículo calcinado tampoco pueden recoger evidencias de los captores. Además ha especificado que el testigo que vio al etarra que disparó a Uria sólo se fijó en la escena cuando ya se habían producido las tres detonaciones.

Tras esto, el interrogatorio del fiscal ha puesto el foco sobre el tráfico de llamadas entre los etarras, y ha recordado que cuando es detenido Manex Castro, éste arrojaba una bolsa de basura en la que había un teléfono móvil. Ese número se logra ubicar el día del asesinato en el lugar en el que mantenían secuestrado al hombre al que robaron el alfa romeo.

Según el escrito del fiscal, "ejecutada la acción", y antes de huir del lugar donde fue asesinado Uría, uno de los miembros del comando "efectuó una llamada en las proximidades de Azkoitia a Manex Castro Zabaleta", que se encontraba reteniendo al dueño del vehículo (la persona secuestrada) que habían sustraído para ir en busca de Uría.

El agente de la Ertzaintza también ha explicado ante la Sala como dieron con el volvo granate, usado en la operación, y que en el mismo apareció ADN (pelo) de Garitagoitia en los asientos traseros. Y que se percataron además de que Errazquin la mañana del atentado no usó su teléfono móvil mientras que en el resto de días el tránsito de llamadas era el habitual. Esta aseveración ha sido rebatida por el abogado de Errazquin quien le ha enumerado una serie de días (más de diez) en los que su patrocinado no usó el teléfono móvil de su propiedad, ante lo que el agente le ha dado la razón.

Piden 49 años

La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita para garitagoitia y Errazquin la pena de 49 años y dos meses de prisión por los delitos de detención ilegal terrorista, robo de uso de vehículo a motor intimidatorio, asesinato terrorista y daños terrorista.

Ya en junio de 2020 la Audiencia Nacional condenó a 389 años de prisión al acusado a Iurgi Garitagoitia por colocar en enero de 2009 un artefacto explosivo en un repetidor de telefonía de Hernani y dos bombas trampa en las cercanías para alcanzar a los ertzaintzas que acudiesen tras la primera explosión.

Garitagoitia fue detenido en Francia en 2009 y condenado allí en 2010 a 15 años de prisión por haber herido por un disparo a un agente de la Gendarmería en el departamento de Lozere, en el sureste del país. En noviembre de 2019 fue entregado definitivamente a España por las autoridades francesas para responder por todas las causas por las que ha sido procesado.

En cuanto a Ugaitz Errazquin Tellería, fue detenido en junio de 2012 en Francia, tras su huida en marzo de 2009. Fue entregado en abril de 2018, tras cumplir siete años de condena en la prisión de Châteauroux.

En noviembre de 2018 fue absuelto de haber participado en el atentado con explosivos cometido por la banda terrorista contra la sede del PSE de Lazkao (Guipúzcoa) el 23 de febrero de 2009. La Audiencia Nacional entendió que, pese a su pertenencia en esa fecha al comando conocido como 'Ezuste', no ha quedado acreditado ningún elemento incriminatorio para vincularle con el ataque.