"Todo ha salido perfectamente y ya estoy listo para reincorporarme al trabajo". El ministro José Blanco pasó ayer, con éxito, una revisión general para comprobar el resultado de la operación oftalmológica que le practicó hace unos días en Oviedo el doctor Luis Fernández Vega. La intervención, para eliminar unos inicios de catarata que le provocaba una preocupante pérdida de visión, fue aprovechada para actuar sobre la miopía del titular de Fomento y para reducir el volumen de dioptrías.

Sin embargo, y pese a los incesantes rumores de los últimos días, fuentes cercanas a Blanco aseguran que el ministro seguirá usando gafas: "Tendrá que graduarse otra vez la vista, pero lo más probable es que siga con ellas, aunque con unos cristales menos gruesos de los que utilizaba hasta ahora". En todo caso, el entorno del ministro quiso dejar muy claro que la intervención no estuvo motivada por motivos estéticos o de coquetería, sino por "un problema de cataratas que amenazaba, incluso, con provocar la pérdida de un ojo".

Blanco pasó estos últimos días en casa de unos amigos en Asturias, recuperándose de la intervención. El titular de Fomento acudió a la clínica y la abandonó media hora más tarde todavía con gafas, aunque se las quitó antes de entrar en el coche que le llevó al aeropuerto para coger un avión a Madrid.