Fiestas

Murcia presume de sus raíces huertanas en el Desfile del Bando

El acto se benefició del buen tiempo y la respuesta de los murcianos al evento fue multitudinaria

Las carrozas de las Reinas de la Huerta, María José Besora y Diego Martín, las más ovacionadas

Alejandro Lorente

Alejandro Lorente

Decenas de miles de murcianos no quisieron faltar al día más grande de la primavera murciana. El desfile del Bando de la Huerta de 2024 cumplió una vez más con las grandes expectativas que, cada año, se depositan en él y regaló a los huertanos presentes, y muchos visitantes extranjeros, un recuerdo inolvidable. Además, una temperatura agradable y primaveral y un cielo nublado pero clemente conformaron un marco ideal para disfrutar del espectáculo sin molestias.

Cerca de 2.000 personas participaron este año en el cortejo, que incluyó hasta 80 elementos móviles y 36 carrozas de reparto.

Tras la caravana publicitaria, las banderas oficiales y los banderines de las peñas huertanas, la cabeza del desfile con la Chirimía de Murcia, la veterana formación musical de dulzainas y tambores, liderada por Víctor Rosique, junto con los gigantes y cabezudos, animó el ambiente desde el primer minuto. Poco después llegaría una de las grandes novedades del desfile de este año: unos enormes zancudos ataviados con el traje típico huertano, que hicieron las delicias de los más jóvenes.

Sin duda, uno de los elementos más atractivos para el público presente (sobre todo muchas familias de Murcia y de todos los rincones de la Región) fueron los animales. Los caballos, gallinas y cerdos de granja en un pequeño corral itinerante, o las vacas y burros que tiraban de carros atrajeron todas las miradas, sobre todo de los más urbanitas, poco o nada acostumbrados a encontrarse en las calles de su ciudad a unos animales que sólo han visto a través de la pantalla del móvil o del televisor.

El desfile de este año, que ha durado poco más de tres horas y media, ha sido sobre todo un tributo a las raíces y a la memoria murciana. El cortejo ha mostrado sobre las plataformas de las carrozas escenas de oficios casi olvidados, la crianza del gusano de seda (rememorando la gran industria que se generó en Murcia en el siglo XIX), el encaje de bolillos, el trabajo del esparto, las trilladoras que separaban el trigo de la paja, el reparto de leche con bicicletas… también hubo otros homenajes, como el que rescató el veterano juego de los bolos huertanos, muy aplaudido por los asistentes.

El Bando recortó sus tiempos y desde un punto fijo se prolongó durante poco más de tres horas

Algunas de estas carrozas representaron una de las novedades más llamativas del Bando de este año ya que la Federación de Peñas ha optado por recuperar las tradicionales estructuras realizadas en cartón piedra por el taller de José Martínez, ‘Carrozas Esteban’. Además de la dedicada al gusano de seda o al esparto, se encontraba la del ‘Esprefollo’(la acción de quitar las hojas de la panocha de maíz) o una dedicada a la elaboración de instrumentos musicales tradicionales.

Nada más y nada menos que tres reinas participaron en el desfile: Antonia Pardo, reina de la Federación de Centros Sociales de Mayores, Alexia Montemayor, Reina Infantil de la Huerta e Isabel María García Ortiz, Reina mayor, todas en lo alto de sus respectivas carrozas y acompañadas de sus cortes de honor. También desfilaron y recibieron muchos piropos todas y cada una de las candidatas que se quedaron a las puertas del reinado.

La realeza huertana compartió protagonismo con otras figuras insignes del Bando como las panochas de 2024, encabezas por la Panocha de Oro que este año ha recaído en Francisco Medina, la Huertana del Año, la modelo, actriz, empresaria y ex Miss España, María José Besora, y el Perráneo del Año, encarnado por el popular cantante Diego Martín.

El desfile del Bando de la Huerta es cada año más abierto y trasciende más y más su ámbito local para constituirse en una fiesta integradora, regional y nacional. Ese rasgo se dejó notar en las carrozas y en los grupos musicales folclóricos que han participado y que proceden de casi todos los rincones de la Región de Murcia. Así , pudieron disfrutarse varios coros y grupos folclóricos de Totana, Mula, Alhama de Murcia, Yecla, Jumilla (que trajo la Fiesta de la Vendimia a la capital) y Calasparra, que por supuesto paseó con orgullo su arroz con Denominación de Origen.

Muchos visitantes de otros municipios y muchos extranjeros asistieron asombrados al pasacalles

Mención aparte merece la gran trilladora centenaria de Los Dolores, que tras su ausencia el año pasado, ha regresado a la fiesta huertana en todo su esplendor, tras llegar el acuerdo entre su propietario y el Ayuntamiento para proteger esta maquinaria histórica, que simboliza como pocas la modernización de la agricultura murciana a partir del año 1920.

«Llevamos cinco años seguidos viniendo al Bando, ya es una costumbre familiar, no es muy antigua, pero me gustaría que siguiera en las próximas generaciones», señala a La Opinión Miguel Cerezo, un vecino de Alcantarilla de 47 años, que asiste al desfile desde Gran Vía, acompañado por su mujer Elisa y sus dos hijos de 13 y 9 años. «Los críos flipan con los animales y aunque siempre me da miedo que no aguanten el tirón, las horas pasan volando porque esto tiene mucho ritmo, de una cosa pasas a otra y cuando te quieras dar cuenta ha terminado», explica Miguel.

María del Carmen viene de Cartagena y explica que aunque en su municipio es un día laboral como otro cualquiera ha pedido el día libre en el trabajo para acompañar a su marido Juan. «Aunque vivimos en Barrio Peral, mi marido nació aquí, y se crió en la calle Princesa del barrio del Carmen y siempre ha echado de menos esta fiesta, dice que le recuerda a sus años de infancia y adolescencia, y claro, con ese chantaje emocional, tenía que estar aquí con él», indica entre risas. Juan lleva sólo un chaleco, y María del Carmen va vestida de calle: «No es que no quiera vestirme, es que no he tenido tiempo, pero vamos, no lo haría de huertana sino de huertano, que parece más fácil».

No faltaron a la cita otros elementos clásicos sin los cuales difícilmente podría entenderse el Bando como los Novios de Patiño, los troveros, y por supuesto las carrozas de reparto, las más esperadas, las 36 que viajan con el suculento (y codiciado) cargamento de productos huertanos que se reparten entre el público. En ese momento muchos de los presentes saben que ha llegado el momento de levantarse de las sillas y acudir a los costados de las carrozas para cumplir con la tradición de llevarse a la boca algunos de los manjares de la huerta, y esquivar algún codazo que otro. Habas, limones, tomates, bocadillos de sobrasada, salchicha y longaniza seca, alguna bebida o, con suerte, una ración algo más elaborada, se convierten en las presas más codiciadas de los ‘cazadores’. En ese momento el orden del público asistente desaparece e imperan las manos alzadas, los niños sobre los hombros, en busca de algún bocado para aliviar el hambre, que ya aprieta tras varias horas de desfile y espera.

El nuevo presidente de la Federación de Peñas Huertanas, desde el 1 de diciembre de 2023, Juan García Serrano, puede darse por satisfecho. Fue un desfile alegre, vivo, vistoso, lleno de ritmo, sin incidencias, de estímulos a todos los sentidos, de amor a las raíces, que sirvió para reconciliarse con orgullo con la identidad murciana, a veces machacada y humillada desde fuera. El Bando de la Huerta es y será siempre un símbolo que permite al murciano reconocerse en un mundo global desdibujado y monocorde, encontrar qué es aquello que nos une y nos hace únicos, lo que nos diferencia de cualquier otro pueblo.

Acabó, a lo grande, el Bando de la Huerta, pero la programación de las Fiestas de Primavera continúa y los murcianos tienen ya en su punto de mira su próxima gran cita: el Entierro de la Sardina.