El Cristo del Perdón se une al de la Sangre en una procesión inédita en Murcia

La Semana Santa de Murcia pudo volver, por fin, y a pesar del viento que sopló ya desde la mañana, a la normalidad este miércoles con la procesión de la Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, que partió de la Iglesia Arciprestal de Ntra. Sra. del Carmen, en pleno corazón del barrio del Carmen, donde se congregaban cientos de personas de las miles que se extendían por todo el recorrido para disfrutar del cortejo más ‘huertano’ y de la cofradía más antigua de Murcia y de la Diócesis de Cartagena.

Un recorrido que este año fue especial, puesto que al Santísimo Cristo de la Sangre, titular de la Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, se sumó el Santísimo Cristo del Perdón de la Real, Ilustre y Muy Noble Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, por lo que tuvo que ser modificado. El titular de la Cofradía del Perdón tuvo que salir el Miércoles Santo, ya que no pudo procesionar el lunes debido a la lluvia que azotó la ciudad.

Así, una vez llegó el cortejo a Belluga, se desvió del itinerario habitual para recorrer Apóstoles, Isidoro de la Cierva, Cetina, Barrionuevo y Trapería, tras lo cual retomó el camino previsto.

En la salida, en la Iglesia del Carmen, como es habitual, se congregaron las esposas, los esposos, las madres, los padres... ansiosos por ver a sus familiares vestidos con el tradicional rojo de ‘los coloraos’ en la procesión de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. También se encontraban en el templo autoridades como el presidente regional, Fernando López Miras, y el alcalde de la ciudad de Murcia, José Ballesta.

Uno a uno, desde las seis de la tarde, fueron saliendo de la Iglesia del Carmen los once pasos de la Archicofradía de la Sangre y el viento por fin dio una tregua que no se vio interrumpida salvo por breves rachas de cuando en cuando.

Abrió el cortejo San Vicente Ferrer, seguido por La Samaritana, El Pretorio, Las hijas de Jerusalén, El Cristo de las Penas, San Juan y La Dolorosa. En último lugar, cuando ya la noche había caído sobre la capital del Segura, el titular, el Santísimo Cristo de la Sangre, que se hizo de esperar, emergió entre vítores, aplausos y vivas que le acompañaron durante todo el recorrido.

No fue hasta eso de las nueve de la noche que La Dolorosa se encontró con el Santísimo Cristo del Perdón, que se incorporó así a la procesión, que esta vez, de forma excepcional, tuvo doce pasos.

Las bandas musicales y los nazarenos, que portaron sus tradicionales cruces, cirios y cetros, acompañaron a los pasos sembrando solemnidad hasta bien entrada la noche, cuando el cortejo regresó a la Iglesia del Carmen.