Quejas

Indignación por el asentamiento de mendigos en la calle Jumilla de Murcia

Los residentes han recogido casi medio millar de firmas para exigir al Ayuntamiento que restaure la convivencia en la zona

Los vecinos de la calle Jumilla denuncian los actos incívicos de las personas sin hogar bajo sus viviendas.

Los vecinos de la calle Jumilla denuncian los actos incívicos de las personas sin hogar bajo sus viviendas. / L.O.

Alejandro Lorente

Alejandro Lorente

Duermen, orinan, defecan «y se masturban en la calle», según los vecinos, a la vista de todos. Una quincena de indigentes ha tomado, desde el pasado verano, los soportales de la calle Jumilla de Murcia, cerca de los Molinos del Río, y los han convertido en su improvisada morada. Al abrigo de estos espacios cubiertos, extienden sus cartones, alfombras y mantas para pasar las noches. Según los residentes de la zona son los mismos individuos que antes se dejaban ver en los soportales de El Martillo del Palacio Episcopal en la Glorieta y antes en las marquesinas de la calle Plano de San Francisco. «El alcalde se ha quitado de encima a estas personas del centro y las ha enviado a esta zona; desde que entró el nuevo alcalde los tenemos aquí», señala indignada una de las vecinas afectadas, que asegura que el Consistorio es plenamente consciente de esta situación. «Mover un problema de sitio no hace que desaparezca», indica a esta Redacción otro de los residentes. 

Hartos de la inacción y la falta de soluciones, el pasado mes de septiembre estos vecinos de la calle Jumilla, cerca de 16 portales, se organizaron para reclamar al Ayuntamiento una solución y recogieron cerca de medio millar de firmas para exigir al Gobierno popular que, en el ámbito de sus competencias, lleve a cabo «las actuaciones inspectoras necesarias» y se ordene, con carácter inmediato, «el cese de estos asentamientos o acampadas, tan pronto se produzcan, así como la reposición o restauración de la vía pública al estado que permita la pacífica convivencia, la tranquilidad de los vecinos y la adecuada utilización de los espacios públicos». 

El asentamiento de las personas sin hogar comenzó durante el verano del año pasado.

El asentamiento de las personas sin hogar comenzó durante el verano del año pasado. / L.O.

Señalan estos vecinos que no se trata «de transeúntes, ni necesitados de cobijo o atención», sino personas que por diversas circunstancias han hecho de vivir en la calle «su estilo de vida». «Cagan, beben alcohol, mean e incluso se masturban, a veces incluso delante de menores, ¿por qué tengo que ver todo eso?», se pregunta otra de las vecinas, que advierte que algunas de estas personas ha mostrado comportamiento violentos. «Nos tienen controladas, saben cuándo entramos y cuándo salimos, y han llegado a amenazar con pegarle fuego al edificio», sostiene.  Los vecinos no descartan movilizarse y llevar a cabo acciones de protesta. 

"No se puede obligar a un adulto a ir a un albergue"

El Ayuntamiento de Murcia ha admitido que tiene las manos atadas para actuar contra los mendigos de la calle Jumilla. Según un escrito remitido a los vecinos el pasado mes de octubre, el área de Servicios Sociales explica que lo único que puede hacer es informar y ofrecer a las personas sin hogar los recursos asistenciales disponibles (albergues, pensiones), «pero no podemos obligar a ninguna persona que sea mayor de edad a que lo acepte». Y en este caso, según fuentes municipales, estas personas han rechazado la ayuda. «Por tanto, tal y como establece el protocolo, se avisó a Policía Local para desalojar la zona», añaden estas fuentes, que no han aclarado a esta Redacción si ese desalojo se ejecutó o si fue sólo una actuación puntual. En cualquier caso, los vecinos desmienten al Ayuntamiento: «No han desalojado en ningún momento a nadie».

Una posible solución, según los residentes, pasa por endurecer la ‘ordenanza reguladora de determinadas actividades o conductas en el espacio público del municipio de Murcia’, cuyo texto actual es demasiado genérico y laxo.  Al margen de esta posible modificación, recuerdan que esa ordenanza ya persigue y sanciona acampar en espacios públicos no autorizados. Además, otras normas como la ordenanza de protección del medio ambiente o la de limpieza viaria también sancionan actos como el de realizar las necesidades fisiológicas en la vía pública, el consumo de alcohol o incluso escupir.