Entrevista | Silvia Montaner Catedrática de Oncología y Ciencias Diagnósticas de la Universidad de Maryland

"Las complicaciones de la diabetes son muy perjudiciales para la salud"

Quién podría imaginar que el simple regalo de la biografía de Ramón y Cajal iba a ser el responsable, años más tarde, de que uno de los medicamentos destinados a frenar una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo tenga firma española

Participa en un estudio acerca de un nuevo fármaco que podría solucionar la pérdida de visión producida por esta patología

Silvia Montaner, catedrática de Oncología y Ciencias Diagnósticas de la Universidad de Maryland.

Silvia Montaner, catedrática de Oncología y Ciencias Diagnósticas de la Universidad de Maryland. / texto de javier vera f foto de s.m.

Javier Vera

Javier Vera

Tras más de dos décadas investigando procesos vasculares asociados con el cáncer y la pérdida de la visión, Silvia Montaner colabora desde Estados Unidos para moderar las consecuencias de una enfermedad, según la medicina, difícil de controlar.

¿Qué le llevó a estudiar Química en la Universidad de Murcia?

Desde pequeña estuve interesada en ciencias como la química y la biología. Me encantaban los microscopios y jugar a hacer experimentos. Mi tío, también químico, me regaló la biografía de Ramón y Cajal cuando tenía doce años y me impactó muchísimo. En ella describía todas sus investigaciones y cómo iba descubriendo los detalles estructurales de las células nerviosas.

Empecé a sentir curiosidad entonces por la fisiología y la patología humanas y, sobre todo, a soñar con descubrir nuevas terapias para enfermedades sin cura, como el cáncer. Dudé entre hacer Medicina o Bioquímica, pero al final me decanté por hacer Químicas y especializarme en Bioquímica y Biología Molecular. La Facultad de Químicas de la Universidad de Murcia tenía ya entonces mucho prestigio y no dudé en empezar mis estudios allí.

¿Qué recuerdos guarda de su etapa estudiantil en la UMU?

Guardo recuerdos excelentes. Tuve compañeros de carrera estupendos con los que mantengo un contacto frecuente, a pesar de la distancia. El primer año de carrera lo cursamos en el campus de la Merced y en el segundo curso estrenamos la Facultad de Químicas en Espinardo. Nos sentíamos un poco ‘solos’ porque el campus estaba en sus primeras fases, pero los laboratorios eran nuevos y nos encantaba hacer prácticas allí.

Pasamos muchas horas juntos en las aulas y entre tubos de ensayo. Tuve profesores magníficos como Conchita Sánchez Pedreño, Francisco Sabater y Alberto Tárraga. Sus clases eran estupendas y aprendí mucho de ellos y de otros profesores.

Luego contacté con Mariano Barbacid y me animó a irme a Madrid, donde hice a la vez el doctorado en Oncología Molecular en la Universidad Autónoma y un Máster de Salud Pública en ICADE. Fueron años muy intensos de trabajo.

Tras licenciarse se centra en la investigación de los procesos vasculares asociados con el cáncer y la pérdida de la visión. ¿Por qué decidió especializarse en este ámbito?

Inicié la investigación sobre los procesos vasculares asociados con el cáncer y la ceguera cuando me vine a los Estados Unidos a hacer estudios postdoctorales en los Institutos Nacionales de la Salud. Me llamaba la atención el efecto del crecimiento de los vasos sanguíneos en el suministro de nutrientes y oxígeno a las células tumorales. Por lo tanto, bloquear ese efecto podía ser beneficioso para atacar al tumor e inhibir también, al mismo tiempo, la metástasis de tumores.

Cuando comencé como profesora en la Universidad de Maryland, seguí trabajando sobre el cáncer y establecí una colaboración con mi marido para el estudio de las enfermedades de retina asociadas también con el crecimiento de los vasos sanguíneos anómalos que afectan la visión. Él es cirujano de retina en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore. Juntos podemos trabajar a nivel molecular, celular, animal y en fluidos oculares de pacientes que él atiende en la clínica. Es lo que llaman aquí investigar from bench to bedside, trasladando los hallazgos del laboratorio a la clínica.

"Hay que seguir promoviendo hábitos saludables y luchando por que se inicien a edades muy tempranas"

Recientemente ha participado en un estudio acerca de un nuevo fármaco que podría solucionar la pérdida de visión como una de las consecuencias asociadas a la diabetes. ¿Qué nos puede comentar de este medicamento?

Las terapias que existen para personas con retinopatía o edema macular relacionados con la diabetes se basan en inhibir una de las proteínas, llamada VEGF, que se encuentra elevada en la retina de estos pacientes. Desgraciadamente, hay otras proteínas que se mantienen asimismo elevadas, a pesar de estas terapias, y que continúan promoviendo la enfermedad.

Hemos descubierto tres de ellas, ANGPTL4, NRP1 y HIF1. El nuevo compuesto experimental (32-134D) inhibe HIF1, concretamente. Su importancia radica en que HIF1 es la proteína responsable de la acumulación de la mayoría de las otras. Por lo tanto, con un solo compuesto logramos reducir el incremento de la mayoría de los otros marcadores y conseguimos que vuelvan a sus niveles fisiológicos, lo que es muy importante también para mantener saludable la retina a largo plazo.

¿En qué fase se encuentra actualmente esta investigación?

Estos estudios son siempre muy largos. De momento, hemos comprobado la eficacia de este compuesto en células y en ratones. Pero todavía nos queda hacer más experimentación en otros modelos animales y luego dar el salto a los ensayos clínicos en pacientes humanos. Al mismo tiempo, seguimos trabajando en otros compuestos alternativos que también inhiben HIF1 y en otros distintos que bloquean las otras dos proteínas importantes que mencioné, ANGPTL4 y NRP1. El objetivo es no rendirse nunca.

¿Se toma la sociedad lo suficientemente en serio una enfermedad que afecta a 5 millones de personas en España y 537 millones de adultos en todo el mundo?

Sin lugar a duda, la sociedad está más concienciada que antes. La gente hace un esfuerzo más grande en mantener hábitos de vida saludables que eviten el desarrollo de la diabetes tipo 2, que es la que podemos prevenir. Es importante mantener una dieta saludable, eliminar el consumo de grasas, hacer ejercicio, no fumar, etc.

Pero hay que seguir promoviendo y recordando esos hábitos y luchar por que se inicien a edades muy tempranas. Las complicaciones de la diabetes son muy perjudiciales para la salud y las que afectan a la retina y la visión son sólo unas de ellas.

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