Hostelería

Los dueños del Café de Ficciones de Murcia traspasan el local

Aunque los propietarios tienen la intención de que los compradores mantengan la esencia del establecimiento, su futuro está en el aire

Cartel de 'Café de Ficciones', en traspaso.

Cartel de 'Café de Ficciones', en traspaso. / @cafedeficciones

Alba Marqués

Alba Marqués

Los dueños del Café de Ficciones, refugio en Murcia para los amantes del cine, la música, el arte y las copas con amigos, ha anunciado el traspaso del local, situado en la calle Fuensanta.

Tras "diez grandes años" funcionando como café, bar, videoclub, tienda de libros y merchandising de cine y series, así como lugar que acoge intercambios de idiomas y exposiciones de artistas locales, Ficciones cambia de manos. La pareja responsable del establecimiento ha tomado la "difícil decisión" de vender el local y la marca comercial, tal y como ellos mismos han explicado en las redes sociales.

Aunque los propietarios recalcan que "Ficciones no cierra", pues de momento abre al público con normalidad y su intención es que quien coja el testigo "mantenga una institución cultural que creemos importante para la ciudad", lo cierto es que toca esperar a que se produzca el traspaso y los nuevos dueños decidan qué hacer con el espacio para saber si continuará como hasta ahora.

Es por ello que para los fundadores del café, quienes explican que abandonan el proyecto por motivos de conciliación familiar, resulta "ideal" que la persona que compre el establecimiento tenga experiencia como autónomo y en la gestión de negocios de hostelería y proyectos culturales. "Al menos, una de las personas del equipo que pudiera coger el local. En nuestro caso, cuando lo cogimos solo uno de nosotros tenía experiencia y el resto todas las ganas", apuntan.

Un café que empezó como videoclub

Ficciones arrancó como videoclub allá por 2007 en la calle Siervas de Jesús de Murcia, aunque nunca fue solo eso. Fue un videoclub diferente, basado en una amplia y cuidada selección de títulos, tarifas atractivas y flexibles, además de un trato más cercano y personal. Con el tiempo, se convirtió en un referente local y sinónimo del buen cine.

Cuatro años después, en 2011, cambió de localización y dio un salto adelante para convertirse en el Café de Ficciones, donde se unen bar, videoclub y eventos; un espacio que ha perdurado en el tiempo y llegas hasta ahora.

Ahora, sus dueños lo venden para "cambiar de vida" y dedicar más tiempo a sus pequeños y el futuro de este emblemático establecimiento queda en el aire.