Hartos de botellones y los ruidos en el entorno de la Fuensanta

El entorno de la Fuensanta es uno de los rincones más queridos por los vecinos de Murcia y de los más visitados por los turistas por sus impresionantes vistas. Su santuario es un lugar icónico para celebrar bodas y bautizos y también porque es el punto de partida y de llegada de las romerías. Sin embargo, fuera de las fechas señaladas, a partir de las diez de la noche ese espacio se ha vandalizado y se ha convertido en un punto negro de botellones, excesos, y un ensordecedor trasiego de vehículos.

Los vecinos del entorno de la Fuensanta están perdiendo la paciencia. El atronador sonido de las motos y los coches que utilizan los diferentes accesos que dan al santuario de La Fuensanta para realizar allí sus frecuentes quedadas está generando muchas molestias e impide el derecho al descanso de los vecinos. "Esto lleva ocurriendo desde hace muchos años y lo sufrimos todos los días, aproximadamente a partir de las diez de la noche en la ida, y sobre la una de la madrugada a la vuelta, aunque depende del día, durante los fines de semana tenemos que soportar los acelerones y los derrapes hasta altas horas de la madrugada", explica a esta Redacción un vecino de la zona.

El alcalde pedáneo de Algezares, Juan José Garre, es consciente de esta situación y señala a La Opinión que en el último Pleno de la Junta Vecinal se acordó contactar con el Ayuntamiento para que estableciera, en la medida de sus posibilidades, algunas medidas para tratar de evitar lo que está sucediendo. Uno de los accesos más frecuentados, y donde más molestias se generan, es en la calle Subida de la Fuensanta. Los vecinos han propuesto en numerosas ocasiones que se coloquen badenes o cualquier otro reductor de velocidad. Garre explica que la normativa estatal no permite colocar estos elementos en travesías con pendiente superior al 6 por ciento. "De momento, lo que podemos hacer es aumentar la presencia policial en la zona en esos horarios conflictivos, y mejorar la señalización de las vías", señala Garre, que asegura que ya ha mantenido en este sentido contactos con el concejal de Seguridad Ciudadana, Enrique Lorca.

Asegura el pedáneo que le consta que se han sufrido diversos accidentes en la zona. "No tanto en las subidas, sino más arriba, en la zona de Los Teatinos", indica.

Según los vecinos, este constante trasiego nocturno está protagonizado por jóvenes que se reúnen para organizar botellones en el recinto del aparcamiento que está anexo al santuario. "Se supone que es un parque natural protegido, y todo un santuario, y no debería permitirse ese tipo de actividad; un día de estos, si nadie hace nada para cambiar lo que está pasando, tendremos que lamentar un incendio en la zona", señala uno de los residentes en la zona, que propone que se prohíba la entrada a ese espacio, y se haga uso del cierre perimetral que existe. Sobre la imposibilidad de colocar reductores de velocidad, algunos vecinos señalan que existen varios tramos-valle en la Subida de la Fuensanta en los que no hay pendiente y donde la normativa sí permitiría estos elementos.

Además, también supone un peligro para la seguridad vial. No es raro que los vecinos vean vehículos circulando en dirección contraria, y motos ocupando en muchas ocasiones ambos carriles de la calzada.

Según ha podido saber esta Redacción, en septiembre tendrá lugar una reunión entre los vecinos y los responsables del santuario para estudiar la posibilidad de cerrar al público este espacio a partir de cierta hora.