Poco ha durado la prohibición del Ayuntamiento de Murcia de que los bares no puedan poner el día el Bando de la Huerta y el Entierro de la Sardina música en las barras. Esta medida fue adoptada hace un poco más de una semana y hoy posiblemente decaerá después de que los hosteleros calificaran la medida de disparatada. El alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, está en estos momentos manteniendo una reunión con los representantes del sector para llegar a un acuerdo de cara a permitir que los locales puedan tener música en las tradicionales barras que instalan en las calles en los dos días más importantes de las Fiestas de Primavera, que este año regresan con impulso renovado tras dos años de restricciones por el coronavirus. La propuesta de impedir la música fue propuesta por Cs, los socios de Gobierno de los socialistas, que presentaron un informe técnico en el que se argumentaba, entre otros aspectos, que el efecto llamada a aglomeraciones que se podría producir si se sacaban a la vía pública equipos para poner canciones.

Además de la presión de los hosteleros ha sido determinante la posición adoptada por el secretario regional de los socialistas y Delegado del Gobierno, José Vélez, en la reunión mantenida el pasado martes con los concejales del equipo de Serrano, a quien animó a apoyar el sector de la hostelería como se ha hecho en otros territorios. Encima de la mesa se pusieron los ejemplos de Madrid, con las medidas adoptadas por la presidenta de esa Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el de Calasparra, cuya regidora municipal, Teresa García, amplió las terrazas y tomó otras decisiones de apoyo a estos empresarios.

Precisamente, el concejal de Cs, responsable de Vía Pública, Juan Fernando Hernández, que fue el que esgrimió el informe técnico para la prohibición de la música, ha indicado tras la Junta de Gobierno de hoy, que el Ayuntamiento está buscando la fórmula para poder autorizar esta medida sin vulnerar la normativa autonómica que limita la actividad de los hosteleros. El problema es cómo evitar aglomeraciones en esas barras, en las que sí se autoriza comida y bebida, si se instalan en la calle equipos de música, un asunto que está en estudio para establecer medidas correctoras que impidan que la gente se reúna en esos puntos generando grupos numerosos.