Las instalaciones del antiguo hotel La Huertanica, ubicado entre Cetina y la espalda del Real Casino en Murcia, albergarán un centro para familias refugiadas

Se trata de una iniciativa de Accem, organización humanitaria especializada en la atención de personas refugiadas, migrantes y en riesgo de exclusión social. Aún no hay fecha para la apertura del recurso, que sería el hogar para, por ejemplo, personas llegadas de Afganistán, país del cual se evacuó recientemente a miles de personas por el retorno de los talibán al poder.

Mohammed Kebaili, coordinador de Accem en la Región de Murcia, explica a LA OPINIÓN que el hotel se encontraba en desuso y la asociación ha llegado a un acuerdo con su propietario, que se lo ha alquilado. Ahora hay que revisar las instalaciones y comprobar que todas las licencias son correctas para habilitarlo como centro. La idea es adaptarlo para alojar a medio centenar de personas, familias con hijos.

Fachada del hotel, cerrado, fotografiado este sábado por la tarde. Juan Carlos Caval

Kebaili recuerda que «la iniciativa en marcha desde 2015» y parte del «compromiso con el Ministerio de Inclusión Social para prestar acogida a personas en situación de asilo». En este sentido, afirma que Accem, a «una persona que llega a Murcia y solicita protección» le ofrece «alojamiento, ropa, alimentación», para que no se vea «en situación de calle», esto es, abocada a la indigencia.

El coordinador regional comenta que «esto no es nada nuevo», ya que Accem lleva tiempo trabajando «con hoteles y hostales, porque no habíamos encontrado un centro que reuniese las condiciones» que sí tiene el inmueble de Cetina, «un hotel que estaba cerrado, sin prestar servicio». Hace dos años, no obstante, «encontramos un hostal en la Carretera de Alicante y montamos un centro de estas características». Está en Monteagudo, y las personas que ahí viven ahora se mudarían a La Huertanica.

"Relacionar la pobreza y la inmigración con la delincuencia es mezquino", tiene claro Mohammed Kebaili

Kebaili, por otro lado, lamenta que hayan empezado a circular panfletos, que no va firmados por nadie, «relacionando la pobreza, la inmigración y a los refugiados con la delincuencia», algo que considera «mezquino». En los citados panfletos se lee, por ejemplo, que, cuando se abra el centro para refugiados, «nuestros pisos, comercios y negocios, van a verse devaluados, lógicamente» y que, debido a la presencia de estas personas en la zona, «nuestros hijos e hijas no van a poder volver tarde a casa con tranquilidad”.

«Hago un llamamiento para que reflexionemos un poco entre todos sobre cuál es la sociedad que queremos», expresa Kebaili, al tiempo que apunta que les pasó algo similar cuando abrieron su centro en Monteagudo: recibieron comentarios xenófobos por parte de vecinos que, tras conocer la asociación y vencer los prejuicios, «ahora son voluntarios nuestros». «Los mensajes falsos quieren entorpecer la solidaridad de la gente», tiene claro.