El recinto de La Fica ha vuelto a acoger uno de los eventos más esperados por murcianos y visitantes: la Feria de Murcia.

Ya desde lejos se podía apreciar la característica noria, este año protagonista por partida doble, ya que ha sido el eje central de un cartel promocional que no ha estado exento de polémica. La ‘Bendita Feria’ ha contado también con una atracción compuesta por unos columpios colgantes de nada menos que cincuenta y cuatro metros de altura. A estas dos imponentes atracciones se han sumado las clásicas casas del terror, el tren de la bruja y la caravana de coches infantiles.

Nicolás, un feriante con setenta y dos años de trabajo a sus espaldas, afirmaba que para ellos «esta feria ha sido un éxito rotundo». «La gente tenía muchas ganas de salir y de divertirse, sobre todo los niños», añadía. Nicolás explicaba que ha sido un año muy complicado, en el que la ausencia de trabajo y de ayudas para los feriantes ha llevado a muchas familias a estar en una situación económica muy precaria.

La extensión del 2x1 de lunes a jueves ha supuesto un desahogo económico para las familias

Precisamente esto lo remarcaba también María, encargada de un puesto de carambola. Nacida en una familia de feriantes, esta murciana contaba que la feria es su vida: «Este oficio ha pasado de generación en generación en mi familia, todos nos dedicamos a esto». María explicaba que subsisten gracias a los ingresos de las ferias, no tienen otro trabajo, por lo que este año ha sido muy complicado para ellos. «Han dejado a este sector en el olvido, no hemos tenido ayuda de ninguna clase», explica. Es por esto que afirmaba sentirse muy ilusionada de ver la Feria de Murcia tan llena de nuevo: «El público se ha volcado y nosotros estamos muy contentos».

Una felicidad que era más que evidente a pesar de las mascarillas. Así lo transmitía Carmen, que iba de la mano de su nieto buscando una atracción en la que montarse juntos: «Nos hacía falta este ambiente, el contacto con la gente...». «Nos está gustando todo», concluía la murciana.

Por su parte, Miriam, una joven que acudió a la feria con su grupo de amigos, contaba que después de quedarse con las ganas el año pasado estaba deseando volver a reunirse con ellos. «Aunque tengamos que cumplir ciertas medidas de seguridad, al menos nos podemos divertir, que nos hacía mucha falta», explicaba. Además, añadía que la Feria es «la esencia de Murcia» y por eso «hacía mucha falta su vuelta».

Una de las medidas adoptadas este año para evitar aglomeraciones ha sido extender el 2x1 de lunes a viernes. Entre semana, de seis a ocho de la tarde, las familias han podido disfrutar de estos descuentos, una iniciativa, explicaba Pablo, que ha sido de gran ayuda económica. «A los niños les encantan las atracciones y después del año que hemos pasado teníamos que venir sí o sí», afirmaba este padre de cuatro niños, y añadía «que el Ayuntamiento haya puesto el descuento ha sido un aliciente para venir».

A la salida del recinto también se encontraba Elena con su familia, en uno de los puestos de comida tradicional murciana. A los emblemáticos quioscos de mazorcas de maíz, se unen las mesas para cenar carne a la brasa, zarangollo y verduras. «Tras pasar la tarde probando suerte en el bingo y pescando patos de goma con los pequeños de la casa, ahora estamos cerrando el día de la mejor manera posible: comiendo», explicaba con una sonrisa en la cara.