«Lo que vivimos ahora mismo en esta calle es como si te invitaran a un banquete exquisito pero no tuvieras hambre -dice Antonio González-, nosotros tenemos un comercio de cercanía con productos de primerísima calidad, pero la gente ahora mismo no está pensando en gastar, y es normal». González es propietario de la tienda de tejidos del mismo nombre, uno de los establecimientos más veteranos (17 años en el número 8) de la calle Sociedad, que estos días celebra su condición de calle comercial más antigua de Murcia.

Lo explica Isabel Noguera, precursora de la iniciativa y propietaria de Pura Alma: «Llegué a la conclusión de que teníamos que hacer algo para alegrar la calle y reactivar las ventas. Tirando de hemeroteca vimos que esta era, efectivamente, la calle comercial más antigua de Murcia, desde 1826, y en seguida nos pusimos en contacto con la junta de distrito centro-este, que nos ha ayudado económicamente y en la organización».

«A ver si sirve de algo, porque lo estamos pasando realmente mal», dice Loli García, de la Óptica Sociedad, que lleva 17 años instalada en el número 9. García destaca la «capacidad de regeneración» de la zona: «A lo largo de los años hemos ido viendo cómo muchos locales cerraban y otros abrían, pero es verdad que siempre ha habido un buen pulso económico aquí».

Otros no llevan ni un año. Es el caso de Francisco Correas, que trasladó en octubre su tienda Hard neck desde Alicante al número 11. «Es evidente que es una calle histórica -dice-, pero ahora estamos en la cuerda floja, ojalá la vacuna vaya dando sus frutos y remontemos».

Además de engalanar la calle con globos, la organización ha convocado un concurso de ‘selfies’. El premio, una comida en cualquiera de los dos restaurantes de la calle: La bien pagá y Tierra mia.