Las aguas están más que revueltas en la Glorieta. Los populares han comenzado a hacer movimientos internos en el Ayuntamiento de Murcia con el objetivo de romper con el miembro de Cs, su socio de Gobierno, que más quebraderos de cabeza les está dando desde que firmaran el pacto de gobernabilidad con la formación naranja para repetir mandato otros cuatro años.

Las relaciones con Mario Gómez, portavoz local de Ciudadanos, concejal de Fomento y primer teniente de alcalde, son más tensas que nunca a raíz de la intervención que el edil naranja realizó en el pleno del mes de enero, del día 28. En esa sesión, el socio de gobierno del PP presentó una moción para exigir la dimisión del concejal de Salud, Felipe Coello, por haberse vacunado saltándose el protocolo, y el portavoz municipal aprovechó para arremeter duramente contra el alcalde de Murcia, José Ballesta.

En su intervención, Gómez llegó a decir que el regidor municipal «es el peor gestor que ha tenido el Ayuntamiento en toda su historia, pero posiblemente el mejor comercial vendiendo humo». Además, le acusó de «falta de liderazgo» y de «esconderse». El alcalde le contestó que en toda su vida no ha hecho «otra cosa que no sea asumir responsabilidad, sobre todo, en los últimos 20 años» y afirmó de forma tajante que no iba a permitir «determinadas actuaciones escénicas propiciadas por el rencor personal y el resentimiento».

Unas intervenciones que mostraron el nivel de crispación que existe en la Glorieta y la mala relación que hay entre los socios de gobierno, que ha llegado a un punto de inflexión, según los populares, por los ‘ataques’ en ese pleno al alcalde Ballesta, cuyo grupo ha comenzado a mantener contactos internos encaminados a dar una solución al pulso que mantienen con el líder local de la formación naranja.

Fuentes municipales indicaron a esta redacción que el mandatario municipal se ha mostrado muy contrariado en distintas ocasiones tras el pleno del 28 de enero. Una de ellas fue escenificada en la Junta de Gobierno del día después de la sesión plenaria, el día 29 de enero, en la que se le observó lacónico y cortante, incluso con sus propios concejales.

El tira y afloja con Cs y con Mario Gómez ha sido la tónica dominante desde que el PP firmó el 15 de junio de 2019 el pacto de gobernabilidad diez minutos antes del pleno de la constitución de la nueva Corporación, en la que los populares, con 11 concejales, necesitaban de los cuatro ediles que tenía Ciudadanos para hacerse de nuevo con la alcaldía. La rúbrica se hizo in extremis y con amago de ofrecer la alcaldía al PSOE, que cuenta con 9 concejales y que con los votos de Podemos y de los naranjas podría formar Gobierno.

En el pacto de gobernabilidad firmado entre el PP y Cs se establecen las competencias que los ediles de ambos grupos desempeñarán en el actual mandato, por lo que una ruptura con Gómez, que en el pleno de este mes de febrero se mostró más conciliador, supondría la remodelación de Gobierno local y obligaría a una nueva redacción del acuerdo que llevó a Ballesta a obtener de nuevo el bastón de alcalde.