San Antón está en fiestas y, a la vez que en la ermita se bendice a las mascotas, acto seguido se las hace sufrir. Es lo que aseguran vecinos de esta barriada murciana. El problema: los petardos. Su ruido los convierte en "mortales" para algunos animales, aseguran. Y también molestan a personas mayores, enfermas en sus domicilios, y a niños pequeños. Quieren que se termine con esta práctica.

Para que su mensaje llegue, algunos residentes llenaban la iglesia del Padre Joseíco de carteles para pedir que acaben los petardos que, afirman que estos cohetes se tiran desde lo alto del templo. Para demostrarlo, aportan una foto en la que se ve humo de cohetes salir de lo alto de la iglesia.

"Muchos vecinos llevamos años peleando por las molestias que ocasionan", detalla una persona afectada a este periódico. "Me he cansado ya de llamar al Ayuntamiento, Policía, hablar con el cura... y nada", lamenta.

Victoria Lacalle, psicóloga colaboradora de LA OPINIÓN, sentencia que "los animales que tienen miedo a las explosiones y que son la gran mayoría, sufren un estrés elevadísimo, por no hablar de los accidentes que ocurren cuando escapan huyendo o se pierden. Incluso los hay que fallecen por causa de un infarto".

"Pero como psicóloga, voy a hacer hincapié en el daño psicológico que provocan en los animales y sus familias. El hecho de ver al animal que tú quieres temblando, jadeando, escondido y aterrorizado, en estado de pánico constante, durante unas noches en la que te gustaría poder estar disfrutando de tu familia y celebrando la navidad, supone un daño emocional que debería estar más regulado y controlado legalmente dada su gravedad", asevera.

Los expertos dicen que aproximadamente el 50% de los perros sufren ansiedad y malestar ante cohetes y petardos y pueden morir de un infarto o accidentalmente al huir del estruendo, dice un estudio de la Universidad de Bristol, en Reino Unido.

El pasado verano, una residente de la localidad sevillana de El Garrobo denunciaba a través de la plataforma Change.org la muerte de su perra Doga, un dogo argentino de 9 años. Según cuenta, el animal sufrió un infarto causado por los cohetes y petardos que llevaban tirando durante días en las fiestas de la localidad.