«No hay forma legal de hacer un bingo benéfico, pero en todos los pueblos se hace, como en Guadalupe y Javalí Nuevo», explica Víctor Melgarejo, vocal del PP y responsable de Festejos en la junta vecinal de La Ñora, a raíz de la polémica surgida por una foto que él mismo compartió en una red social.

Rodeado de billetes y presumiendo de «poder y dinero», como reflejó en un comentario. Así se retrató en Instagram el pasado domingo Melgarejo, en una imagen en la que aparece con otra persona y billetes de 50 y hasta de 200 euros esparcidos sobre una mesa, que suman en torno a 2.000 euros.

Según fuentes vinculadas al PSOE, ese dinero procede de la recaudación de los bingos que se organizan en la pedanía, ya que «el vocal no dispone de ingresos que puedan justificar ese dinero».

Las mismas fuentes aseguran que estos bingos se celebran en las dependencias del centro cultural, bajo la biblioteca, los martes, sábados y domingos a partir de las siete de la tarde, y que los premios son lotes de comida, con algunos productos comprados en la carnicería de un familiar del vocal. El objetivo de estos bingos es recaudar fondos para las fiestas y, en alguna ocasión, han llegado a asistir unas 200 personas.

El pedáneo de La Ñora, Jesús Aliaga, negó a esta Redacción, en un primer momento, que se realizaran bingos en la localidad. Sin embargo, reconoció más tarde que el centro de la tercera edad celebra uno cada semana «para recaudar dinero para su semana cultural» y que la comisión de festejos «de vez en cuando hace otros».

Aliaga aseguró, además, que «tenemos todos los permisos para hacer los bingos. Está todo en orden».

Por otro lado, del PSOE añadieron que, «antes Melgarejo ingresaba el dinero en una cuenta, pero a raíz de un problema con el departamento autonómico de Hacienda decidió no llevarlo al banco y guardarlo de manera privada», como el mismo reconoció.

El PSOE de la localidad ha pedido explicaciones en varias ocasiones a la junta municipal y al alcalde pedáneo acerca del uso de ese dinero y de la recaudación de los bingos, actividad de juego a la que acuden, además de vecinos de La Ñora, residentes de pedanías limítrofes. Sin embargo, desde la junta municipal no se han rendido cuentas, como así lo reconoce Aliaga.

«En todos los pueblos se hace»

Por su parte, el vocal del Partido Popular Víctor Melgarejo explicó que «no hay un CIF de las pedanías del Ayuntamiento de Murcia, por lo que no se puede abrir una cuenta para ingresar este dinero. Por eso hay que abrir de manera particular una y meter ahí el dinero».

En palabras de Melgarejo, la comisión de fiestas la conforman él y otras cuatro personas «ajenas a la política. Es cierto que el Partido Socialista pidió explicaciones sobre qué se hacía con el dinero, pero no se rindieron cuentas porque, al igual que el Cabildo de Semana Santa y las peñas de las fiestas no están obligadas, nosotros tampoco». «La comisión de fiestas no rinde cuentas a la oposición, a quienes sí rendimos cuentas del dinero siempre es a los festeros. De lo ajeno al Ayuntamiento no hace falta rendir cuentas», insiste Melgarejo.

Sin embargo, el vocal afirma en que no debe haber duda del buenhacer con el dinero recaudado: «Nuestra transparencia llega a tal nivel que, cuando acaba cada bingo, se cuenta el dinero y se registra delante de los miembros de la comisión».

Melgarejo quiso matizar que, al contrario de lo que aseguraron fuentes cercanas a la junta vecinal, «los bingos solo se realizan los sábados y domingos. Puntualmente se celebra alguno más de manera especial, como por Navidad, pero ya está».

A diferencia del pedáneo de La Ñora, el vocal reconoció que no tienen los permisos necesarios: «No somos una asociación, iniciamos los trámites, pero no lo somos». «No hay forma legal de hacer un bingo benéfico, pero en todos los pueblos se hace, como en Guadalupe y Javalí Nuevo. Hace tiempo vino una inspección y nos dijo que el precio al que vendíamos el cartón, como es menos de 0,30 euros, era legal, pero que la celebración en sí del bingo no es legal», alegó Melgarejo.

Respecto a la polémica foto, asegura que «se está mezclando lo privado con lo público. Ese dinero no tiene nada que ver con lo recaudado en el bingo».