Todavía no tiene una fecha oficial de apertura, pero el nuevo puente de Tiñosa se encuentra casi a punto. Las obras están muy avanzadas: los operarios ya han echado la primera capa de aglomerado para asfaltarlo y faltan los remates finales como la señalización del recinto, según afirman desde Adif, la empresa que gestiona las obras y que asegura que para la apertura, prevista para este año, también se requieren «los permisos oportunos de las administraciones competentes».

El nuevo puente ha estado siempre en el centro de las preocupaciones de los vecinos: desde las planificación hasta la ejecución de las obras. Se trata de una estructura clave para que el AVE llegue a la ciudad: el anterior puente no disponía del necesario gálibo para que discurriera el tren de Alta Velocidad con garantías. La construcción del nuevo puente se hizo en contra de parte de los vecinos de la zona, que se manifestaron para pedir en su lugar un paso subterráneo.

El tráfico ha estado cortado desde que el viejo puente fuera derruido el pasado mes de noviembre para levantar la nueva edificación, cuya altura se ha ampliado en dos metros e incluye una pasarela para los peatones. Las obras, todavía sin terminar, han acarreado «molestias», y su apertura genera incertidumbre entre los vecinos, expectantes de ver cómo quedan los accesos y las carreteras cercanas.

La Plataforma Pro-Soterramiento sostiene que el nuevo puente pudo evitarse. «En una alegación pública de 2009, planteamos que si alargaran 500 metros más del proyecto de soterramiento se hubiera evitado el puente de Tiñosa», recuerda el portavoz, Joaquín Contreras. «El puente no es la mejor solución. Urbanísticamente es una agresión con consecuencias nefastas para Los Dolores y para la ciudad de Murcia», comenta.

La asociación de vecinos del Camino de Tiñosa fue uno de los colectivos que se opuso a la construcción del puente. «Defendimos hasta el último momento la opción de un paso soterrado y presentamos nuestras alegaciones ante Adif y las tres administraciones», cuenta el portavoz de la asociación, Ángel Prior. «Consideramos que el acceso sería más fácil por debajo y no por un nuevo puente», ya que, a su juicio, «tiene una pendiente muy pronunciada». Además, «en nuestra opinión, habría menos expropiaciones y creíamos que era una mejor solución medioambiental».

Sin embargo, el proyecto salió adelante y para la asociación ya sólo queda ser vigilantes. «Este verano hemos advertido de algunos detalles que estaban generando problemas en las calles próximas al puente», afirma Prior, que remarca que su asociación no quiere pronunciarse hasta que no estén concluidos todos los trabajos.

Con todo, admite que tienen cierta preocupación: «Queremos que solucionen algunos puntos negros. El tráfico que se dirige a la Orilla de la Vía confluye con el que va al propio puente, en las dos direcciones. Ahí creemos que puede haber un problema serio de circulación», señala antes de recordar que propusieron que se hiciera una rotonda en la bajada del puente, en la zona sur, «que permitiría regular el tráfico de mejor manera».

En el otro lado del puente (en el norte y en dirección hacia Murcia), el pedáneo de Los Dolores, Pedro Morales, asegura que la apertura del puente se recibirá, por un lado, «con alegría» porque supondrá recuperar el flujo de vehículos perdido durante estos meses y, por otro lado, «con pesimismo», tras «muchas demandas incumplidas en años anteriores».

A su parecer, «Los Dolores es un pueblo fantasma por las tardes. Se ha reducido considerablemente el paso de vehículos, que antes tenía un flujo de 16.000 vehículos diarios. Y para los comercios va a ser beneficioso, porque han notado la falta de visitantes».

Los coches entran a Los Dolores por San José de la Vega o por la Senda de los Garres, lo que «es molesto para los vecinos, que tienen que dar la vuelta», dice el pedáneo. Morales recuerda que es una zona por la que en septiembre pasarán alumnos del instituto Severo Ochoa y señala que al otro lado hay un polígono industrial (Comurpa) que también «se ha quedado paralizado, porque para entrar los camiones tienen que dar una vuelta por los Garres».

Los Dolores también se sumó a la petición de un paso subterráneo, «una demanda incumplida». Y les preocupa cómo quedará el entorno. «Queremos que nos hagan las obras que tenemos prometidas. El Ayuntamiento aprobó una moción conjunta para alumbrado y aceras del entorno».

También ellos han notado las molestias de las obras. «Hay tramos destrozados por los camiones, con muchos baches. De hecho, la calle Mayor, una vía regional, está en malas condiciones». Y uno de los peligros, a juicio de Morales, está en «el stop situado en la cuesta de la zona norte del puente.

¿La apertura? «Intuimos que para el retorno del curso escolar abrirán el puente».