El Búho-Bus dejaba de existir virtualmente este viernes durante unas horas. Autobuses Lat (empresa encargada de este servicio) decidía por la mañana suspenderlo porque, según decía en un comunicado de prensa, sus chóferes estaban en peligro. La actitud violenta de ciertos pasajeros era el problema. De hecho la empresa denuncia que se han producido incluso agresiones y que la inseguridad también afectaba a otros usuarios, especialmente a mujeres.

Entonces, la empresa dejó claro que los conductores (siete en total) que trabajaban en esta línea en teoría eliminada no verían modificadas sus circunstancias laborales: seguirían en la empresa y conducirán otros vehículos, como ya hacían. Para estar en el Búho, se iban turnando, detalló Lat, en una conversación con LA OPINIÓN.

Sin embargo, a las pocas horas de este anuncio, y tras el revuelo que se formó -el concejal de Empleo y Turismo, Jesús Pacheco, se pronunció y sentenció que el Ayuntamiento haría que el servicio siguiera-, Lat reculó poco después anunciando que ya no suprimiría el Búho -de forma indefinida, habían dicho por la mañana desde la compañía a este periódico-, sino que a partir de ahora pondría seguridad privada dentro de cada bus.

La idea es que la presencia de estos profesionales de seguridad privada sea un revulsivo y frene a quienes tenían conductas poco cívicas a la hora de coger la línea.

De hecho, es que fueron los propios conductores los que habían comunicado a sus jefes que se sentían inseguros a la hora de desempeñar esta labor, tras vivir episodios desagradables dentro del autobús, provocados principalmente por personas en estado de embriaguez (o directamente violentas) que se habían desplazado a Murcia y volvían a sus casas a altas horas de la noche.

El Búho es utilizado principalmente por jóvenes que salían de fiesta, algo que en muchas ocasiones provocaba que su estado, a la hora de montarse en este transporte público, no fuera precisamente idóneo.

Personas afectadas por esta supresión mostraban ayer su descontento. «Me parece muy fuerte que justo un día antes de Nochebuena se suspendan estos servicios. No podemos ni volver de Murcia o ir ahora en fiestas», escribía una joven en Facebook.

«El servicio está degenerando por un uso mayoritario de grupos de jóvenes, en un estado aparente de embriaguez, que, tras una larga noche de fiesta, alteran el buen funcionamiento del servicio protagonizando capítulos de comportamientos hostiles, agresivos e incívicos», se leía en el primer comunicado de Autobuses Lat.

La empresa contaba en esta nota que dentro del autobús se fumaba (no sólo tabaco, también droga), y que algunos prendían fuego a papeles. Que también era habitual que provocasen al conductor e intentasen no pagar el billete. Asimismo, detalla la empresa, se produjeron «actitudes hostiles y desagradables, incomodando al resto de usuarios y especialmente a las viajeras». «Episodios racistas hacia otros viajeros e insultos y menosprecios al conductor» son otras de las barbaridades que llegaron a verse a bordo. Algunos viajeros « en ocasiones, han llegado a bloquear la carretera con mobiliario urbano, increpando al conductor y lanzando objetos al autobús». Por todo esto, los sindicatos decidieron convocar un paro.