A pesar de que la hora no era nada taurina (las once la mañana), el salón de plenos de la Casa Consistorial de la Glorieta se convirtió ayer en una improvisada plaza de toros y no por que hubiera toros ni barreras. Pero sí público y gritos de ´torero´, ´torero´. E incluso brindis al tendido, y no precisamente de monteras.

El alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, que afronta su quinto mandato, ofreció ayer el bastón de mando, una vez que juró el cargo de primer edil sobre la Constitución, a las pajareras, donde se concentró un buen número de pedáneos y presidentes de juntas vecinales que le gritaron torero, torero y bravo. Fue la imagen más cariñosa de un acto institucional que comenzó con el ritual de jurar o prometer el cargo.

Los nuevos ediles estaban un tanto nerviosos, a pesar de que entre el público había muchas caras conocidas para ellos: Estaban sus padres, hijos o amigos, inmortalizándolos con teléfonos móviles. Como ya es tradicional, los populares juraron, excepto la edil Isabel Martínez Conesa, que prometió al igual que los concejales de la oposición (otra excepción: José Antonio Sotomayor de UpyD, juró).