El barrio de San Cristóbal de Lorca a los pies del Cristo de la Sangre

El Paso Encarnado salía de forma extraordinaria con motivo del X JOHC

Daniel Navarro

Daniel Navarro

Este sábado comenzaba de manera muy especial en el barrio de San Cristóbal. A las 12 en punto de la noche, el Stmo. Cristo de la Sangre atravesaba la puerta de la iglesia de San Cristóbal para desfilar de manera majestuosa por las calles de su barrio. Organizada con motivo del X Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías, esta procesión extraordinaria tenía lugar tras el acto inaugural del congreso celebrado en el antiguo convento de La Merced.

Realizando el recorrido de la primitiva Procesión del Silencio, el titular del Paso Encarnado, con su sobrio desfile y el arreglo floral preparado especialmente para la ocasión, despertaba el asombro de todos los espectadores, especialmente de los jóvenes cofrades desplazados a Lorca desde una treintena de lugares diferentes de todo el territorio nacional.

Acompañado por un piquete de la Policía Local, representantes políticos de diversas administraciones, los presidentes, los estandartes guiones del resto de hermandades y cofradías de Lorca, la Banda Municipal, miembros de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías, e integrantes de la organización del JOHC, tras una hora y media el Cristo volvía a entrar en San Cristóbal.

Precisamente en ese momento tenía lugar uno de los momentos más emocionantes de la noche, cuando los portapasos del cristo formaban para realizar la compleja maniobra de entrada a la iglesia y cantaban, acompañados por los presentes, el himno del Stmo. Cristo de la Sangre.

Para terminar, en una carpa dispuesta frente a la casa-museo del Paso Encarnado, la Asociación de Damas de la Virgen de la Soledad ofrecía a todos los presentes chocolate con bizcocho, una tradición que las mujeres encarnadas pusieron en marcha hace 25 años.