Miedo entre los vecinos de La Torrecilla y Campillo de Lorca ante una nueva temporada de lluvias

Denuncian que aún no se han llevado a cabo ninguno de los proyectos prometidos para evitar otra catástrofe como la de 2012

Estado actual del canal de la Rambla de Biznaga, que debe prolongarse para recoger las aguas que se acumulan en Campillo.

Estado actual del canal de la Rambla de Biznaga, que debe prolongarse para recoger las aguas que se acumulan en Campillo. / Daniel Navarro

Daniel Navarro

Daniel Navarro

Miedo. Incertidumbre. Indefensión. Así afrontan cada tromba de agua los vecinos de las pedanías lorquinas de La Torrecilla y Campillo, que un año más –y ya van once– ven cómo al inicio de una nueva temporada de lluvias, aún no se han puesto en marcha ninguna de las infraestructuras necesarias para solucionar una problemática que el 28 de septiembre de 2012 provocó el fallecimiento de 5 personas y cerca de 100 millones de euros en daños.

En este sentido Adelina Sánchez, presidenta de la Plataforma de Afectados por la Inundación de Lorca, denuncia que la situación es “la misma o peor” que en 2012, “puesto que en este tiempo se han permitido ciertas obras a los propios vecinos que han hecho que el estado de los cauces empeore”. Según la presidenta de PAILORCA, en 2021 la Confederación Hidrográfica del Segura presentó varios proyectos para mitigar el efecto de las lluvias en la zona, “pero de las tres presas que había previsto construir, solo una sigue adelante”. En concreto, la presa que se tiene previsto construir es la de la rambla de Béjar, que en la actualidad se encuentra en estudio por parte de los técnicos del ministerio debido a la presencia en la zona de tortuga mora, en peligro de extinción. Las presas de laminación propuestas para la rambla de Nogalte y La Torrecilla no se van a llevar a cabo.

A este respecto Cayetano Padilla, presidente de la Asociación de Vecinos de La Torrecilla, indica que, debido a los retrasos, se corre el riesgo de que los proyectos se hayan quedado “obsoletos”, lo que obligaría a redactarlos de nuevo o modificarlos cuando se quieran acometer, con el consiguiente retraso.

Otra de las infraestructuras vitales para hacer frente a las lluvias, especialmente para la zona de Campillo, es un canal que sirva para desaguar el agua acumulada en la pedanía hasta la rambla de Biznaga, así como una red de drenaje que sirva para evacuar el agua del Valle del Guadalentín, uniendo dicha red con el río Guadalentín. Según Joaquín Giner, presidente de la Asociación de Vecinos de Campillo, “hoy en día el agua llega siempre al mismo sitio y no se puede evacuar de ninguna manera, convirtiendo la zona en una laguna”. Del mismo modo, el presidente de los vecinos de Campillo asegura que “este proyecto está presentado, pero no sabemos nada más, ni fecha aproximada de inicio de las obras ni nada”. En palabras de Giner: “en la zona estamos ya empachados de anteproyectos y proyectos, y de que no se haga nada”.

Salida de la Rambla de Biznaga hacia el río Guadalentín, con el que se une varios kilómetros más adelante.

Salida de la Rambla de Biznaga hacia el río Guadalentín, con el que se une varios kilómetros más adelante.

Del mismo modo, los tres representantes vecinales, coinciden en que las limpiezas de cauces que se llevan a cabo por estas fechas en la zona “no solucionan el problema”, pues al final el agua siempre acaba acumulándose en el mismo sitio.

En cuanto a las obras del Corredor Mediterráneo, Padilla, representante de la zona más afectada por su construcción, indica que en el tramo de 2,4 kilómetros entre la rambla de La Torrecilla y la de Béjar, los pasos para el agua contemplados eran de 2x4 metros, unas dimensiones “totalmente insuficientes”. No obstante, el vecino de La Torrecilla asegura que, gracias a las alegaciones realizadas por los vecinos, estos pasos se han cambiado por tres viaductos: uno de 500 metros en la rambla de La Torrecilla; otro de 700 metros en la rambla Béjar; y uno de 240 metros entre las dos. “Creo que en ese aspecto el problema lo tenemos solucionado”, asegura Padilla.

Por otro lado, el líder de los vecinos de La Torrecilla se muestra muy crítico con las escasas inversiones en materia de agua que se han llevado a cabo en los últimos años en Lorca, poniendo como ejemplo el caso del Polígono ‘Saprelorca’. Según Padilla, esta infraestructura ni siquiera cuenta con un colector para sus aguas residuales, “que están contaminando los terrenos de alrededor”.

Necesitamos ayuda. Nosotros no podemos hacer nada para evitar que venga el agua”, insiste Adelina Sánchez, que achaca el retraso en la toma de medidas al “tapón” que ejerce la CHS. “Todas las actuaciones que hacen falta dependen de la Confederación, pero los estudios medioambientales llevan mucho tiempo y no sabemos cómo están ni nos vamos a enterar”, indica la presidenta que PAILORCA, que añade: “los plazos interminables de la administración no se corresponden con la urgencia de nuestras necesidades”.

Parece que estamos en zona de guerra, cuando no debería ser así

Adelina Sánchez

— Presidenta de la Plataforma de Afectados por la Inundación de Lorca

Ante esta situación, los vecinos no pueden hacer otra cosa que intentar protegerse a sí mismos: “muchos vecinos se quedan aislados cuando llueve, y deben tener prevista una reserva de comida y agua para poder subsistir el tiempo necesario”, expresa Adelina, que termina señalando: “parece que estamos en zona de guerra, cuando no debería ser así”.

Para intentar llamar la atención sobre esta situación que parece “enquistada”, el día 1 de octubre la plataforma vuelve a organizar una manifestación en el casco urbano de Lorca. Discurrirá desde el Centro de Desarrollo Local hasta la Plaza de España. “Desde las pedanías nos solidarizamos con la ciudad después de los terremotos, ahora pedimos que los propios vecinos del casco urbano nos ayuden a reclamar unas soluciones que son más urgentes que nunca. Tenemos un problema desde hace 12 años y no nos lo han solucionado, por eso nos gustaría que nos apoyaran y salieran a la calle con nosotros” finaliza Joaquín Giner.

Por su parte, fuentes de la Confederación Hidrográfica del Segura han indicado a esta redacción que los proyectos, en diferentes puntos del proceso administrativo, siguen un curso “lento pero seguro” debido al “gran calibre de los mismos”, lo que está ralentizando su desarrollo.