Las obras del Ave llegan al antiguo apeadero de San Diego en Lorca

El viaducto de Tercia se prepara para recibir muy pronto los raíles por los que transitarán los trenes de Cercanías y Ave. Mientras se colocan las últimas vigas en el tramo desde la confluencia con el Camino de Villaespesa en dirección a Murcia, donde se prevé que muy pronto comiencen a instalarse las primeras vías. Y al unísono, en el antiguo apeadero de San Diego, comenzaban los primeros trabajos para la conclusión de este tramo.

La vieja estación ha sido acordonada y vallada para evitar incursiones en las obras. Tras retirarse las vías por las que transitaba el Cercanías y las que prestaban apoyo, se procede a la preparación de la plataforma por la que circularán los trenes de alta velocidad, Cercanías y mercancías. Un gran escalón es visible a ras de la parte alta de la estación, habiéndose retirado también los andenes donde los pasajeros esperaban a los convoyes.

La actuación se llevará a cabo hasta el lugar donde se iniciarán las rampas para que el Cercanías y la alta velocidad se adentren en la ciudad bajo tierra, salvando el cauce del río Guadalentín. En este lugar se construirá la rampa de descenso con una pendiente vertiginosa capaz de adentrarse bajo el lecho del río que a su paso por la ciudad presenta una importante profundidad.

En ese lugar se sitúan, de forma paralela, dos puentes de hierro. Se prevé que uno de ellos pueda desaparecer durante las obras. Se trataría del que se ha utilizado hasta los últimos días para el ferrocarril. La infraestructura fue una de las que resultaron afectadas por los terremotos de mayo de 2011. Los movimientos sísmicos llevaron a un desplazamiento del puente que fue corregido con ayuda de maquinaria pesada durante semanas para situarlo en su lugar de origen. La distancia que hubo que corregir era mínima, pero la suficiente para afectar al normal transcurrir de los trenes de Cercanías.

Las obras se llevaron a cabo cada noche y, entonces, fueron seguidas por muchos de los vecinos, entre ellos, las monjas del cercano Monasterio de Santa Ana y Santa María Magdalena de Clarisas. El convento será una de las propiedades que se verán afectadas por el soterramiento de la trama urbana del ferrocarril. Los afectados integran un listado de 158 fincas que serán expropiadas. Todos ellos, serán desalojados durante las obras, pudiendo volver en la mayoría de los casos al término de las mismas.

El listado completo se publicaba hace unos días en el Boletín Oficial de la Región de Murcia, Borm. Entre los afectados, además de las monjas clarisas, están una asesoría de seguros, una autoescuela y una escuela infantil. Las obras también podrían afectar a la vieja estación, por lo que el centro juvenil implantado recientemente quedaría en desuso durante los trabajos de soterramiento.

Los afectados por las expropiaciones están llamados en septiembre a reuniones en las que se valorará una a una las repercusiones de las obras en sus propiedades tendentes a recibir las oportunas indemnizaciones. Está previsto que se ponga a disposición de los afectados un teléfono al que podrán llamar para concertar una cita y acudir al Centro de Desarrollo Local, CDL, donde en los primeros días de septiembre se celebrarán los encuentros.