Artes escénicas

El Guerra se convierte en fundamental para festivales de baile y graduaciones en Lorca

La apertura del Margarita Lozano permite doblar las sesiones de las academias de baile en el viejo teatro

Miles de bailarines y graduados se dan cita en el considerado por muchos actores como una ‘bombonera’

Un grupo de bailarinas de la Academia de Baile de María Teresa Lazareno actuando en el Guerra, ayer.

Un grupo de bailarinas de la Academia de Baile de María Teresa Lazareno actuando en el Guerra, ayer. / LUIS MORA

El Teatro Guerra cobra durante el mes de junio un especial protagonismo, ya que acoge los festivales de las numerosas academias de danza de la ciudad. Miles de bailarines se dan cita estos días en el viejo coliseo, el más antiguo de la Región, que hace algunos años renovaba su climatización, por lo que la asistencia del público se hace ahora mucho más cómoda.

Este domingo, el teatro se llenaba hasta la bandera, con las actuaciones de la Academia de Danza de María Teresa Lazareno, una de las más veteranas de la ciudad. Lo hacía en sesión doble, por la mañana y por la tarde. Era la única manera de que todas las bailarinas de esta academia pudieran recibir la visita durante su actuación de sus familiares. «Las sesiones se iban ya a más de tres horas y eran demasiado largas», afirmaba en declaraciones a La Opinión la directora de la academia, María Teresa Lazareno.

Por la mañana, actuaban la mitad de las alumnas y por la tarde lo hacían el resto. «Es más laborioso, porque tienes que montar dos espectáculos, pero permite acoger a un mayor número de espectadores. Al no haber otras actuaciones estos días podemos no solo llevar a cabo las actuaciones y posibilitar la entrada de mayor número de familiares, sino que podemos realizar los ensayos, con lo que la puesta en escena está mucho más estudiada», añadía.

Su situación, en pleno casco antiguo, posibilita a los mayores acudir al coliseo para presenciar los espectáculos de sus nietos

El Guerra es estos días un no parar, como aseguraba el concejal de Cultura, Santiago Parra, que señalaba que se trata «de una infraestructura fundamental». La apertura del Margarita Lozano «nos permite llevar allí un determinado número de espectáculos con lo que el Guerra puede acoger no solo las sesiones de las academias de baile, sino también las graduaciones de los institutos de Educación Secundaria y entrega de premios, como ocurría este viernes con el Certamen Literario Nacional de Narración Corta y Ensayo Rosalía Sala Vallejo».

Pero el coliseo también es escenario de los espectáculos que integran el Programa Municipal de Teatro Educativo. «Repito que su especial situación lleva a que muchos colegios e institutos no tengan que hacer uso del autobús para asistir a esas sesiones especiales, lo que lo convierte en una infraestructura muy funcional».

Continuará acogiendo teatro, ballet, ópera, conciertos y musicales de pequeño formato, ya que los de gran calado tendrán como escenario el Auditorio Margarita Lozano, dentro del complejo del Palacio de Ferias y Congresos de Ifelor. «Aquel es un escenario de grandes dimensiones que nos permite acoger grandes formatos de espectáculos. Con el nuevo auditorio nos hemos integrado en el circuito de grandes montajes de nuestro país. Unos pocos son los elegidos y nuestra ciudad estará dentro de ese listado gracias a la apertura del Margarita Lozano», significaba el edil de Cultura.

El aforo de este último casi multiplica por dos al del Teatro Guerra, como ocurre con su escenario. «La caja escénica es espectacular, capaz de posibilitar óperas de gran formato, musicales con montajes excepcionales. Nos permite contar con los espectáculos principales que recorren el país y no solo de carácter nacional, sino internacional», concluía.

El Teatro Guerra es considerado por muchos actores como una ‘bombonera’ no solo por su tamaño, sino por la exquisitez de su decoración, con una techumbre única que pintaba el artista lorquino Manuel Muñoz Barberán, al que se le encomendaba renovar las pinturas de Miguel Reyes. También era el autor del telón. Los bocetos los presentaba a la Alcaldía a mediados de 1988 y fueron finalmente aceptados.