28M

"Cuando llegué a España me buscaba la vida limpiando piscinas y repartiendo paquetes"

Lenin Valarezo encabeza la lista del partido Valores en Lorca, lo que le convierte en el primer inmigrante candidato a la Alcaldía del municipio

El candidato a la Alcaldía de Lorca por Valores, Lenin Valarezo, caminando, este viernes, por la Corredera.   | PILAR WALS

El candidato a la Alcaldía de Lorca por Valores, Lenin Valarezo, caminando, este viernes, por la Corredera. | PILAR WALS / pilar wals

‘El Corralito’, la depreciación del sucre (moneda oficial de Ecuador), llevaban a Franklin Lenin Valarezo Castro a abandonar su país. Allí dejó a su mujer y sus dos hijos de tres y cinco años mientras intentaba encontrar un trabajo para mantener a su familia. «Llegué a España como turista, integrando lo que se denominó ‘efecto llamada’, que fue real. Me buscaba la vida limpiando piscinas, repartiendo paquetes… No podía trabajar en otra cosa, porque no tenía papeles. Fui un ‘ilegal’ que bajaba la cabeza cuando me cruzaba con la policía por miedo a que me detuviera», recuerda.

Algo más de dos décadas después reconoce que se siente lorquino y que, ahora, la tierra extraña es su país. «Cuando voy a Ecuador y ando por sus calles, me siento raro. A mis hijos le ocurre igual. Para los niños es un drama constante, porque aquí no se les termina de reconocer como lorquinos, pero ellos tampoco se consideran de Ecuador, Argentina, Bolivia…». Han adoptado las costumbres, las tradiciones y hasta la gastronomía. «En mi casa se come arroz con pavo los domingos», cuenta.

Fui un ‘ilegal’ que bajaba la cabeza cuando me cruzaba con la policía por miedo a que me detuviera

Tuvo suerte, como reconoce, y en año y medio le hicieron un contrato que le permitió legalizar su situación. Unos años después lograba a través de la reagrupación familiar traer a España a su mujer y sus hijos. «Prometí que nunca más me separaría de ellos. Jamás volvería a dejarlos. Recuerdo que en el piso en el que vivía junto a siete compatriotas más, los llantos eran continuos por los que habíamos dejado atrás».

Durante años estuvo al frente del Banco Pichincha de la calle Corredera hasta que decidió abandonarlo para emprender una nueva aventura. «En ‘Valores’ encontré lo que mis padres me inculcaron. Mi padre era político, abogado y periodista. Y mi madre subdecana de universidad. Me educaron para ayudar a la gente y para dejar un legado, una impronta que dé ejemplo a los demás. Mi interés es defender a esa sociedad que no está representada, que no tiene voz, que no es escuchada».

A la política local puedo aportar mucho, porque no tengo cuñados o sobrinos, ni mochila

Encabeza la lista a la Alcaldía de Lorca por Valores, lo que le convierte en el primer inmigrante en concurrir a las elecciones como número uno. «En el Pleno de Lorca falta la presencia hispana para que el escenario político esté al completo. Represento a gentes de Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela, Bolivia, Argentina, Panamá, Lorca… Aspiro a contar con un escaño en el Pleno del Ayuntamiento de Lorca. Creo que puedo aportar aire fresco y nuevo, ideas renovadas… Y dejar mi impronta como gestor. He trabajado en banca y puedo gestionar para optimizar y bajar los impuestos. He gestionado millones de dólares, de euros. Tengo la formación necesaria en economía para lograr eficiencia y, con ella, que los lorquinos paguen menos impuestos. El personal del Ayuntamiento se lleva la mayor parte de los recursos económicos. Se puede optimizar, suprimir las subcontratas, ser más eficientes y ahorrar».

Y destacaba que no tiene ‘lastre’. «A la política local puedo aportar mucho, porque no tengo cuñados o sobrinos, ni mochila que me pese. No me debo a nadie. Mi único interés son los lorquinos. Lograr una mejor calidad de vida pagando menos impuestos». Apuesta por convertir a Lorca en ‘Ciudad universitaria’. «Hay que implantar estudios entorno a la agricultura y la ganadería. Lorca tiene que convertir su universidad en el lugar donde se formen los ingenieros agrónomos e industriales. Quiero representar a los trabajadores del campo, a la clase obrera media, baja, que está totalmente desamparada y explotada. Quiero que su voz se escuche en el Pleno».

En el Pleno de Lorca falta la presencia hispana para que el escenario político esté al completo

Denunciaba la situación dramática que cada día viven los que trabajan en el campo. «Es inhumano que 2.500 hombres y mujeres anden de madrugada cuatro o cinco kilómetros para coger el autobús al campo. Hay que solucionar esa situación. Si los autobuses que les llevan hacen mucho ruido y no pueden adentrarse en la ciudad, habrá que pedir a las empresas que renueven su flota. Nadie les ampara en sus reivindicaciones. Trabajan de sol a sol verano e invierno. Voy a ser la voz, el eco, de sus reivindicaciones. No votan, porque no se sienten representados. Para ellos, soy la única alternativa», concluye.