Patrimonio

El claustro de Santo Domingo de Lorca será recolocado en su lugar de origen exento del edificio

Los técnicos trabajan en los encofrados de la estructura de hormigón portante del monumento

Trabajos previos al montaje de las arquerías del claustro de Santo Domingo, este viernes.

Trabajos previos al montaje de las arquerías del claustro de Santo Domingo, este viernes. / Pilar Wals

El claustro de Santo Domingo, diseño de Pedro Milanés en 1646, será recolocado en su lugar de origen, exento del edificio que lo circunda. Los técnicos trabajan en los encofrados de la estructura de hormigón portante del monumento, como aseguraba en declaraciones a La Opinión este viernes la edil de Cultura, María Ángeles Mazuecos. El desmontaje y almacenamiento del claustro de Santo Domingo se decidía tras los terremotos de mayo de 2011.

Los restos están recogidos en la correspondiente ficha de catalogación del Plan Especial de Protección y Rehabilitación Integral en el Conjunto Histórico Artístico de Lorca del año 2000, en la que se indica que fue restaurado en fecha reciente, simultáneamente a la construcción de un edificio residencial que lo circundaba en dos de sus flancos.

El edificio residencial configuraba un entorno “fuertemente agresivo para la percepción del claustro”, como reseñaba el arquitecto Juan Carlos Cartagena que firmaba la ficha del claustro de Santo Domingo del volumen que publicaba el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, tras los terremotos de mayo de 2011, bajo el título ‘La recuperación del patrimonio cultural de la ciudad de Lorca’.

En ese texto afirmaba que “los elementos pétreos del mismo se conservan hoy en tan solo regular estado de conservación, embutidos en tierra los del cuerpo bajo un tanto, lo que achata el conjunto, sostenido este por arriostramiento con armadura metálica a sus aledaños”.

Reseñaba las anomalías que presentaba la “ya frágil estructura” con agrietamiento de las distintas piezas, con rechazo de los morteros de las juntas y de los refuerzos metálicos, desplazamientos de los arcos sobre sus respectivas columnas por el vaivén y falta de verticalidad. Los seísmos dejaron una arquería inestable, amenazando con su ruina la pérdida total del monumento.

Los daños no solo se achacaban al terremoto, sino también a la intervención ejecutada durante los años 80 para su afianzamiento, que intensificaron los efectos del seísmo “al haberlo anclado rígidamente a estructuras porticadas de hormigón y acero con distinta capacidad de deformación y modos de vibración”.

Los sondeos arqueológicos realizados los días 9 y 16 de diciembre de 2019, permitieron identificar parte del pavimento de cantos del patio del claustro, al igual que las losas donde descansaban las basas del cuerpo inferior de estas arquerías, así como datos sobre las reutilizaciones posteriores que sufrió el claustro de Santo Domingo tras la desamortización de Mendizábal que dio comienzo en 1836, observando la presencia de fragmentos de cerámicas romanas entre los sedimentos excavados.

Las prospecciones eran visitadas por la Dirección General de Bienes Culturales que el 17 de diciembre de 2019 estimaba que “es preciso profundizar algo más de un metro por debajo de la cota actual” y proponía nuevas excavaciones arqueológicas como paso previo a los trabajos de cimentación. “La excavación deberá documentar los restos del claustro que se conservan in situ y obtener la planimetría que permita concretar las posibles afecciones y las medidas de corrección”.

Casa de predicación

El Conjunto Monumental de Santo Domingo está compuesto por tres construcciones alineadas, claustro, iglesia y capilla, pertenecientes al desaparecido Convento Dominico. Los orígenes de esta fundación, se remontan allá por 1547, cuando un grupo de frailes, erigieron en Lorca un nuevo establecimiento de la Orden de Predicadores.

Levantaron una sencilla casa-capilla, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Piedad, en un huerto extramuros junto a una de las puertas de la ciudad, prolegómeno de la Casa de Predicación de Nuestro Padre Santo Domingo, ejecutado en el siglo XVII y conformado por la zona conventual e iglesia del mismo nombre. En la siguiente centuria, este conjunto se vería ampliado, con la incorporación de una gran capilla paralela al templo, consagrada a la veneración de la Virgen del Rosario.

El claustro de Santo Domingo fue levantado entre los años 1646 y 1666 íntegramente en piedra arenisca. En su construcción se sucedieron reconocidos maestros canteros, como Pedro Milanés, su diseñador, Antonio de la Rosa y Lorenzo de Mora, acompañado en la última fase por sus hijos Salvador y Miguel, que llevaron a cabo la obra.

En cada una de sus galerías se definieron seis arcos de medio punto. Los arcos apoyarían sobre columnas de orden toscano, con fustes lisos, monolíticos y énfasis destacados. Basas simples de un solo toro sobre el plinto. Los capiteles, con astrágalo, collarino, molduras circulares y equipo rematado por un ábaco. También el entablamento sería sencillo, y únicamente se contemplaría una pequeña decoración en las albanegas, con la ejecución de unos relieves circulares.

Este claustro acompañaba su riqueza pétrea con grandes y famosos lienzos de pinturas, según expone el Padre Morote en su reconocida obra del siglo XVIII. Diversas catástrofes naturales, terremoto de 1674 e inundaciones, afectaron a las distintas construcciones, sin embargo, fueron otros motivos más pragmáticos, los que dieron lugar a la pérdida del convento, del que solo quedó parte de este patio porticado. P. WALS

Se paralizan, por tanto, las obras que se ejecutaban hasta el momento para realizar nuevos trabajos arqueológicos. Estos constatan la presencia de restos originales del claustro in situ, buena parte del pavimento original, dos aljibes, varias conducciones de agua y 15 pedestales asociados al nivel original del pavimento.

Y se plantea la necesidad de conservación de los restos del claustro, siendo incompatible el proyecto que se seguía hasta el momento que pretendía únicamente la reubicación. “Se modifica el proyecto. El inicial planteaba la extracción de las basas y la realización de una cimentación superficial, sobe la que se ejecutaría una estructura de hormigón con la silueta del claustro a la que se recolocarían y anclarían las distintas piezas de piedra. De esta manera, sería la nueva estructura, la que soportaría el conjunto de forma independiente o la edificación colindante”, explicaba la edil de Cultura.

Para la incorporación de este soporte, se hacía necesario el desplazamiento puntual de claustro 67 centímetros en las dos direcciones, separándose de los voladizos del edificio colindante, y dejando espacio para incorporar esta nueva estructura sustentante de hormigón.

Se han demolido los balcones del edificio de Los Arcos al que estaba adosada la arcada que ahora estará exenta.

Se han demolido los balcones del edificio de Los Arcos al que estaba adosada la arcada que ahora estará exenta. / Pilar Wals

Del primitivo claustro de Santo Domingo solo subsisten tres lados, en doble arcada. El cuarto de su doble loggia fue eliminado en la década de 1860 cuando las reformas urbanísticas de las calles Alberca, Santo Domingo y actual Lope Gisbert impedían una perfecta alineación de las dos primeras hasta la llamada Puerta de la Palma.

Su integración dentro de un edificio de nueva planta quedó descontextualizado al perder buena parte del conjunto arquitectónico en el que estaba inscrito, lo que dificultaba su lectura y comprensión. Sin embargo, en su defensa –argumentaba el arquitecto Juan Carlos Cartagena Sevilla- hay que señalar que gracias a esta actuación de ‘reutilización’ se pudo preservar este monumento, que de no ser así hubiera corrido la misma suerte que el resto del convento.

Las piezas de cantería que conforman el claustro de Santo Domingo serán limpiadas y restauradas antes de ser reintegradas. Los trabajos incluyen también la eliminación de añadidos y objetos metálicos y pernios de sujeción, unos trabajos que está ejecutando la empresa lorquina de cantería y restauración Salmer que el pasado año integraba una UTE junto a otra madrileña para restaurar la fachada y los leones del Congreso de los Diputados y los patios del Palacio de las Cortes.

El alzado del claustro hacia la calle Santo Domingo se plantea como si de un telón de fondo de un teatro se tratara. A los lados irán unas pantallas de hormigón que se aprovecharán para colocar los rótulos de ‘Claustro de Santo Domingo’, formado por letras de acero inoxidable de 12 centímetros de altura. La iluminación también cobrará especial protagonismo. Contará con luminarias lineales Led de superficie bajo cada una de las arcadas del claustro y ocho proyectores sobre la cornisa de remate.

La intención, insistía la edil de Cultura, es que pudiera estar concluido el traslado y montaje para la próxima Semana Santa, aunque prefería no dar fechas, ya que el proyecto ha variado considerablemente desde el inicio y la intención, ahora, es poner en valor el monumento preservándolo lo máximo posible para evitar que el paso del tiempo se deje sentir en los únicos restos que se conservan del patio porticado del antiguo convento de Santo Domingo.