‘Una imagen vale más que mil palabras’. Este adagio resume la que no solo se puede considerar como la fotografía de la semana, sino probablemente la de la legislatura. La aparición este miércoles del alcalde, Diego José Mateos, y del portavoz de Izquierda Unida-Verdes, Pedro Sosa, firmando un acuerdo para posibilitar la aprobación del Presupuesto Municipal dejaba descompuesto al enemigo.
Socialistas e IU-V firmaban una alianza para «trabajar por Lorca, por los lorquinos», pero en ese pacto también tenían muy presente que acababan de dar un golpe de gracia a los planes de sus contrincantes, PP y Vox. Los eternos adversarios sorprendían a todos con una estrategia que generaba un fuerte impacto en la ciudad.
Y tras la obligada firma en la Alcaldía, los líderes de la izquierda se daban un fuerte apretón de manos, con lo que el pacto de caballeros quedaba rubricado. Faltó quizás la comparecencia pública de ambos, aunque no fue posible porque el socio de Gobierno de los socialistas, el vicealcalde y portavoz de Ciudadanos, Francisco Morales, prefirió no mantener un perfil bajo en las negociaciones, sino mostrarse como un mero observador en la distancia.
Sin foto del ‘tripartito’
Por tanto, no se pudo ver al ‘tripartito’ posar en la reglamentaria fotografía, por más que fueran tres los que dieran cuenta del acuerdo, Diego José Mateos, Francisco Morales y el concejal de Hacienda, Isidro Abellán.
La aprobación la próxima semana del Presupuesto Municipal da un giro sorprendente a la política local posicionando a la cabeza en el tablero al PSOE y al alcalde de todos los lorquinos, Diego José Mateos.
El golpe de efecto llevaba fraguándose poco más de un mes. Sus protagonistas reconocían que las negociaciones no habían estado exentas de dificultades. El acuerdo posiciona a un lado del hemiciclo a PSOE, Cs e Izquierda Unida-Verdes, y a otro, PP y Vox. Lejos de lo que pudiera pensarse estas dos últimas formaciones funcionan de manera independiente, siendo en muy pocas ocasiones las que han decidido de forma conjunta.
La próxima semana será fundamental para la legislatura, a la que le resta apenas unos meses. Se aprobará un modificado del Presupuesto Municipal por algo más de diez millones de euros. Y el viernes, PSOE, IU-V y Cs, harán lo propio con las cuentas -80,6 millones de euros- que se encontraban prorrogadas desde 2019. Esta situación beneficiaba al PP ya que los socialistas estaban ‘atados’ de pies y manos, no solo a la hora de emprender nuevos proyectos, sino de hacer frente al día a día «con un presupuesto que no estaba ajustado a la realidad», recalcaba Mateos.
El Grupo de Ciudadanos, el socio necesario, ha preferido mostrarse como un mero observador
El acuerdo pillaba con el paso cambiado al principal partido de la oposición, que no esperaba que a estas alturas de partido pudiera producirse una alianza de tal magnitud. Las continuas denuncias de robos de cable, peleas y presencia de mosquitos, moscas, cucarachas, ratones, garrapatas... parecían quedar a un lado y solicitaban una reunión de trabajo municipal para hablar de seguridad ciudadana. Se brindaban a aportar «nuestra experiencia de doce años», afirmaba la portavoz del PP, Rosa María Medina.
‘A buenas horas mangas verdes’, parecían contestar los socialistas que tras las tensiones de las últimas semanas daban un ‘puñetazo’ en la mesa y rechazaban de plano la mano tendida de los populares. «Toda aportación es buena, pero rechazamos aquella gestión del PP de casar, perros, dejar cuarteles vacíos en pedanías y no sacar ni una plaza de Policía Local en doce años», afirmaba el edil de Seguridad Ciudadana, José Luis Ruiz, que contestaba a las acusaciones de las últimas semanas de «los peores datos de delitos de la historia» recordándoles que «en 2018 (cuando gobernaba el PP) se dieron los peores episodios de robos de cables y a vecinos en pedanías, mientras ponían radares a 20 kilómetros hora sin sentido y tuvieron como mayor hito en seguridad la realización de una boda entre perros policía oficiada por la edil Belén Pérez».
Cabe recordar que el Partido Popular reaccionó a este acuerdo de presupuestos reclamando una «bajada de impuestos» y describiéndolo como un pacto «fruto de la desesperación y la alarma que se ha desatado en la izquierda por el imparable cambio de ciclo político».
