La Opinión de Murcia

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Cultura

El Arqueológico de Lorca exhibe sus 30 tesoros más relevantes para celebrar sus 30 años

Una punta del Paleolítico Medio del Abrigo del Cerro Negro de Zarcilla de Ramos del 30.000 a.C. es la pieza más antigua de las que se muestran

Un saxofonista, durante el evento.

El Museo Arqueológico Municipal era anoche una fiesta. Y no era para menos, ya que cumplía treinta años. Treinta años que, como decía su director, Andrés Martínez, «es un tiempo largo, pero que ha pasado muy rápido». De forma excepcional el museo abría un sábado por la tarde y lo hacía hasta altas horas de la noche. Era noche de ‘tiros largos’, de ‘alfombra roja’ y no solo por el gran número de personas que acudieron, que abarrotaron sus salas, sino también por la decoración de todo el entorno que pretendía resaltar la efemérides.

Anoche arrancaba con la exposición extraordinaria los actos conmemorativos que se sucederán «hasta marzo del próximo año», apuntaba la concejala de Cultura, María Ángeles Mazuecos, quien argumentaba que «reúne las piezas de mayor relevancia del museo». Las nuevas tecnologías «tienen un papel fundamental en este aniversario, ya que el visitante podrá conocer detalles sobre cada una de las piezas a través del código QR que se sitúa junto a ellas»,.

Música en directo, un photocall ambientado en el aniversario y un nuevo logo del Museo Arqueológico fueron algunas de las novedades de las que disfrutaron anoche los numerosos asistentes. Martínez hablaba de las colecciones que se atesoran y que permiten al visitante «sumergirse en el pasado de nuestra ciudad desde la primera presencia del hombre en este territorio hasta la Edad Media, fundamentalmente a partir del patrimonio exhumado en diferentes intervenciones arqueológicas».

El alcalde, Diego José Mateos, indicaba que «30 años del Museo Arqueológico son 30 años de conservar nuestra historia, de conservar nuestras raíces, de divulgar a los más jóvenes y no tan jóvenes y de explicar de dónde venimos y por qué somos como somos».

La pieza más antigua de la exposición extraordinaria es una punta del Paleolítico Medio del Abrigo del Cerro Negro, en Zarcilla de Ramos, que data del 30.000 a.C. Pero también hay piezas producto de las excavaciones en lugares como la calle Floridablanca y Juan II, de donde proceden una vasija del Neolítico Final y un puñal de sílex del Calcolítico, respectivamente.

Entre las más destacables está la túnica de lino de Cueva Sagrada, de La Hoya, que data del 2.210 a.C. Y de las más significativas las urnas de enterramiento argáricas de la excavación en la iglesia del monasterio de las Madres Mercedarias en la calle Zapatería del 1.600 a.C. La Quintilla aparece representada con un panel de pintura mural, del siglo II d.C. Y también se muestra un arco de puerta de la Mezquita del Cortijo del Centeno de La Tova del siglo XIII.

En otra de las vitrinas se puede contemplar un elemento un tanto peculiar y desconocido para muchos. Se trata de un azulejo de la Torre Alfonsina del Castillo. La pieza, del siglo XIII, es una de las pocas que se conservan. El costado de la torre que mira a la población y a la vista constante de los vasallos estuvo decorada con pequeños azulejos con castillos y leones, elementos de la monarquía castellana. Al parecer hubo once hileras de azulejos de cerámica vidriada, unos de forma cuadrada en blanco, y otros en forma de estrellas de seis puntas en color verde. Se conservan restos de azulejos blancos y de estrellas verdes, hallados en diversas intervenciones .

Y otra de las ‘joyas de la corona’ del Museo Arqueológico son las lámparas de vidrio de la Sinagoga de la Judería del Castillo del siglo XV. «Son las únicas que existen», recalcaba Martínez. La importancia de la Sinagoga de la Judería es que nunca fue transformada en iglesia al ser abandonada, junto con el resto de la judería, tras el decreto de 1492, en el reinado de los Reyes Católicos, que expulsaba a los judíos de España.

Quizás una de las piezas de mayor tamaño es la columna miliaria que se encontró en El Hornillo y que data del 8 a.C. Y entre las mejor conservadas un capitel jónico del Santuario de la Virgen de las Huertas del siglo I d.C. Destacable también es la medalla en bronce de Miguel Ángel Buonarroti, realizada por León Leoni.

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