Una necesidad imperiosa por conocer todo sobre Ginés Pérez de Hita llevó al pintor lorquino Manuel Muñoz Barberán a sumergirse en los archivos históricos de la Región de Murcia. “Lo que comenzó como curiosidad por resolver la vida del escritor y zapatero Pérez de Hita, terminaría por convertirse en una verdadera pasión que abarcaba a todos aquellos personajes de singular interés que desarrollaron su labor en el siglo XVI y que gracias, en parte, a los trabajos de Muñoz Barberán se han recuperado para la historia de modo satisfactorio”. Estas palabras las pronunciaba en la noche de este viernes el archivero e investigador Manuel Muñoz Clares. Lo hacía en la segunda conferencia dentro del ciclo dedicado a su padre con motivo del primer centenario de su nacimiento.

             A través de ‘La divulgación histórica en la prensa regional: el caso de Muñoz Barberán’, Muñoz Clares hace un recorrido por las colaboraciones que realizó su padre en la prensa regional y otras publicaciones que se extendieron hasta más allá de su muerte. El investigador aseguraba que estas recopilaciones de artículos, así como trabajos periodísticos “reflejan el mundo interior del artista y su afán por ensanchar el campo de la cultura murciana”.

Escribió en la prensa regional durante dieciocho años. El diario LA OPINIÓN le abrió las páginas de su semanal, recordaba su hijo, donde estuvo colaborando, “al principio con artículos de opinión y más tarde con una nueva serie de trabajos basados en documentos de archivo que tituló ‘Calendario del pasado’, hasta 1990”.

Durante esos casi dos lustros Muñoz Barberán escribió “cuatro centenares” de colaboraciones de las que unas 250 estaban dedicadas a la difusión de la historia, “con la particularidad de que las noticias de que trataban eran, mayoritariamente, las que él había encontrado en sus investigaciones en los protocolos de antiguos notarios murcianos y en los archivos municipales y eclesiásticos de la Región”, apunta el investigador Muñoz Clares.

             Esos “pequeños trabajos semanales”, que mencionaba su hijo, pretendían desvelar al lector parcelas ocultas de nuestra historia. “Artistas desconocidos, autorías de monumentos y pinturas, mil y una pequeñas o grandes cuestiones con carácter completamente novedoso en nuestra historiografía regional”.

Cronista oficial de Murcia

Durante la conferencia señalaba que una buena selección de aquellos artículos fueron publicados en sendas monografías años después por el Ayuntamiento de Murcia y la Academia Alfonso X el Sabio. Esta última institución publicó también, póstumamente, el colofón de todo ese trabajo, unos anales de la ciudad de Murcia entre 1504 y 1629 que compuso a finales de los 90. En ellos, “están volcadas la mayor parte de las referencias documentales acumuladas durante años en sus ficheros. Esa gruesa labor llevada a cabo para con la historia regional, le valió ser nombrado cronista oficial de Murcia en 1988”.

             En esa obra, reflejó todas las signaturas de archivo que no había facilitado en sus trabajos periodísticos. “Fue su propósito dar a conocer las fuentes de información que habían nutrido sus publicaciones y dejar así el camino allanado para quienes quisiesen profundizar en cuanto escribió”, detallaba. Diversas cuestiones atrasarían esa intención y finalmente el libro vio la luz tres años después de su muerte, en el año 2010.

             En este volumen está volcado lo más significativo de sus ficheros que fueron aumentando en la década de 1990 “en la que mi padre volvió a acudir, aunque ya esporádicamente, a los archivos murcianos. Fue un cierre global de todos sus años de investigación y se ha convertido en un libro de consulta fácil y casi obligada por la cantidad de referencias que encierra”, aseguraba Muñoz Clares.

             De entre esos artículos periodísticos que escribió es reseñable la serie dedicada a la catedral con sus dibujos correspondientes. “No son artículos de investigación histórica, tal y como podríamos entenderlos hoy, sino que más bien recogen las reflexiones estéticas que provocaban en el artista la contemplación de detalles arquitectónicos, de escudos y lápidas, de esculturas de todas las épocas o de los diferentes estilos arquitectónicos que quedaron plasmados en la larga construcción del edificio”, recordaba el investigador.

             Su principal finalidad era “reactualizar” la catedral para todos los murcianos, “volver a ponerla ante su mirada para que redescubriesen todos aquellos valores artísticos que muestra desde hace cientos de años ante la mirada impasible y hasta despreciativa de quienes ignoran a diario su lección arquitectónica”. La treintena de artículos que dedicó a la catedral se inició a propuesta del entonces director de La Verdad, Juan Francisco Saldaña.

             El acercamiento del artista a los archivos se produjo a finales de 1972. Fue entonces, “cuando por primera vez se adentró en los casi olvidados registros notariales de Lorca y en los mejor dispuestos del Histórico Provincial de Murcia”. Tres años después publica en colaboración con el archivero de Lorca, Juan Guirao, ‘Aportaciones documentales para una biografía de Ginés Pérez de Hita’, libro homenaje a la figura de Espín Rael, quien curiosamente, fue el que intentó acercar a mi padre hacia los archivos. No lo consiguió en vida, pero sí con sus obras años después de su muerte”, concluía Manuel Muñoz Clares.