La Feria y Fiestas de Lorca arrancaron anoche mucho antes de lo habitual. La inauguración se adelantó a las seis de la tarde, cuando todavía el sol brillaba en lo más alto. Poco público se dio cita a esa hora en el recinto ferial del Huerto de la Rueda que se muestra ‘blindado’ al Covid-19. Se han redoblado esfuerzos para cumplir con todos los protocolos. La entrada se llevó a cabo por la puerta principal, la única operativa estos días, para controlar el aforo que no deberá sobrepasar las 3.636 personas.

Un recorrido de vallas evita aglomeraciones y un control exhaustivo de entrada y salida para contabilizar a cada uno de los asistentes al ferial. «El dispositivo es complejo, porque hay otra entrada para el recinto de conciertos», afirmaba el concejal de Festejos, José Ángel Ponce, quien añadía que «se han previsto cuatro enclaves distintos para la celebración de conciertos, con el fin de reducir los aforos en cada lugar, pero multiplicarlos de forma conjunta».

Los escenarios se reparten entre el Huerto de la Rueda, el aparcamiento del antiguo convento de La Merced, la Plaza de España y la Alameda de la Constitución. Anoche funcionaron al unísono el del ferial, con el concierto de Nyno Vargas; y el de la Merced, con Estrella Morente. Y, por la tarde, la Banda Municipal de Música ofreció música clásica, de cine, salsa y de los años 70, en las ‘Columnas’.

El recorrido hasta el Huerto de la Rueda está marcado con siete grandes arcos de luz que iluminan más de 25.000 bombillas. Las atracciones han sido reubicadas para permitir una mayor movilidad a su alrededor, según contaba el presidente de los Feriantes, Rafael González, quien entre las novedades apuntaba la noria. «Es de las llamadas medianas, pero tiene unos 40 metros de altura». Un nuevo dragón con túnel, el clásico ‘Ratón Vacilón’, el Canguro, el Pulpo y los coches de choque, conforman las atracciones destinadas a los jóvenes.

Las casetas del turrón también están presentes. Este año han tenido que disponer sillas y mesas para permitir la degustación de sus productos, ya que está restringido comer y beber en el recinto si no es sentado. El espacio también se ha incrementado en las terrazas de los chiringuitos. El número de estos también se ha reducido.