Grandes sacos llenos de hachís y marihuana habían sido colocados en el patio de la Comandancia, como prueba de parte del material decomisado en el operativo. La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, visitaba este martes Murcia y aprovechaba para presentar los resultados de la operación ‘Overdose’, en la que se ha desmantelado una de las primeras fábricas de hachís asentada en territorio nacional y arrestado a seis personas, tres en la comunidad murciana y otras tres en la vecina provincia de Alicante.

Gámez detalló que se han detenido a seis presuntos narcos en una operación que comenzó a finales de 2020 y arrancó a raíz de morir varios presos de Campos del Río, cuatro en concreto, por sobredosis de heroína y cocaína. Tal cantidad de decesos entre rejas llevó a pensar que había algún problema con las dosis adulteradas que acababan sorteando los controles de los muros de la prisión. Ahí arrancó la investigación.

Se supo enseguida que uno de los reclusos que cumplía condena era un narco del Campo de Gibraltar, y las sospechas recayeron en él. Los agentes comenzaron las pesquisas para identificar a los allegados de este reo que presuntamente estuvieran echándole un cable desde fuera del penal.

Tal y como detallaron desde el Cuerpo, los agentes identificaron a uno de estos colaboradores del que supieron que tenía un papel destacado dentro de la organización y que, casualmente, había cumplido condena durante cuatro años junto al principal sospechoso y líder de la organización delictiva ahora desmantelada.

Los investigadores averiguaron que esta persona no solo se dedicaba a captar y manipular a personas (allegados de los reos) para que introdujeran droga en el centro penitenciario, sino que también manejaba su pequeña red de distribución de droga en el exterior, principalmente cocaína, y también hachís. Para ello, contaba con una mujer, de nacionalidad brasileña, que supuestamente vendía la droga entre alguno de los clientes en el local en el que trabajaba. Centrada la investigación en sus movimientos, los guardias civiles detectaron sus visitas frecuentes a una nave industrial del municipio alicantino de Bigastro, donde se pudo constatar el trasiego de personas y de sacas, supuestamente repletas de hachís.

Pulverizan de forma artesanal

En una nave de la citada localidad alicantina hallaron “una novedosa máquina” que convertía el hachís en polvo y así llevaba a la red a fabricar droga “de calidad” en España, detalló Gámez. Al tenerla en la Península, se ahorran viajes y se evitan la parafernalia que supone organizar el transporte de las sustancias estupefacientes por mar y por tierra.

Ese polvo, o ‘polen de hachís’, después de unos procesos de transformación, añadido de aditivos y de aplicación de calor, se convierte en una rudimentaria ‘resina de hachís’.

A efectos prácticos, precisó la directora general, es el perfeccionamiento de los conocidos como ‘Tambores de Ketama’, con los que se pulverizan las plantas de manera artesanal.

Puntualiza el Cuerpo que la nave contaba con una zona de estar, con dormitorios y baños que permitían la estancia ininterrumpida de varias personas. En estas estancias, además, se acumulaban numerosas cajas de gran tamaño que utilizaban para almacenar la marihuana seca.

Se han decomisado cerca de 8.300 kilos de droga, que, junto a los arrestados, fueron puestos a disposición del Juzgado de Guardia de Mula.

“Era una instalación recientemente puesta en funcionamiento, tendrían unos 4.000 kilos de polen en sacas, estaban procesando. La máquina que tenían no les daba abasto para los pedidos que tenían”, dijo el teniente encargado de la investigación.

Como curiosidad: el presunto cabecilla de la red, preso en Campos y de nombre Iván, se dice que inspiró la película ‘El Niño’ de Daniel Monzón, “aunque no está comprobado”, comentó el teniente encargado de la operación.