Los vándalos se han ‘ensañado’ con las Alamedas de Lorca en los últimos meses. Los bancos de piedra, las puertas de los registros de luz y agua, las vallas de las viviendas y hasta los carteles indicadores con el nombre de cada Alameda, muestran grafitis y pintadas. Ni siquiera los troncos de algunos árboles han conseguido esquivar a estos gamberros, que también han dejado sus ‘huellas’ en las señales de tráfico.

 Hasta los bolardos, de piedra de gran peso y con forma de bola que estaban anclados al suelo, han sido arrancados y trasladados a otras zonas, dejando abierto el tránsito a los vehículos. Algún bolardo incluso aparece fracturado. Y los carteles con los nombres de cada una de las Alamedas también ha sufrido este particular ‘ataque’, con la pérdida de sus azulejos cerámicos pintados a mano, como es el caso de la Alameda del Doctor José Rodríguez. De su cartel apenas quedan un par de azulejos, lo que hace imposible conocer su nombre.

En Corregidor Lapuente han borrado con pintura negra el nombre. Y la fuente que construyeron en 1990 los alumnos de la Escuela Taller también muestra pintadas en su piedra tallada. Pero además, también se han producido algunos robos de plantas ornamentales que se colocaron por parte de Parques y Jardines hace apenas unas semanas. En su lugar queda un agujero vacío.

Esta situación, según ha reconocido esta mañana a LA OPINIÓN el concejal de Parques y Jardines, Antonio Navarro, también ha sucedido en otras zonas de la ciudad. "En el Parque de las Mujeres se han llevado varios ejemplares de rosal de un tamaño considerable, porque tenían entre dos y tres años. Lo curioso es que se han tenido que hacer daño para arrancarlos, porque están repletos de espinas y son difíciles de extraer de la tierra".

Los ciudadanos que esta mañana recorrían este ‘pulmón verde’ se quejaban de determinadas actitudes."No entiendo qué ganan haciendo daño. Es una maravilla pasear por las Alamedas en este tiempo y da mucha pena ver las pintadas, farolas rotas y plantas arrancadas. Lástima que no los pillen", ha afirmado Manuel Jiménez que paseaba junto a su perro, un labrador de color canela.

A pocos metros, un jardinero refresca el albero en la Alameda del Corregidor Lapuente, mientras en Ramón y Cajal los barrenderos retiran algunos papeles de los espacios verdes. En el paso a nivel las pintadas se hacen más patentes, como también en las vallas de las viviendas de esta céntrica vía. Otro ciudadano se queja precisamente de ellas. "Es una marranería. Lo tienen todo perdido. No hay ni una sola pared que no tenga pintadas", cuenta Antonio García.

El edil de Parques y Jardines ha añadido que seguirán reponiendo las flores que desaparecen, así como la cartelería que resulta dañada, aunque también hizo un llamamiento a los ciudadanos. "Apelo a la responsabilidad y el civismo". Y pidió que cuando alguien presencie actitudes de este tipo llamen a la Policía Local.

De las Alamedas hay referencias en el siglo XVII. El inglés Joseph Townsend en su libro ‘Viajes por España en la época de Carlos III (1786-1787)’ dijo de ellas: "Quedé encantado con los paseos públicos. Se parecen a los de Oxrford, pero tienen un plano más extenso y hermoso". Sus jardines están ocupados por 73 olmos, 86 plataneras, 55 cipreses de Monterrey y álamos negros y blancos, jacarandas, ciprés común y ciruelo en flor.