Han transcurrido diez años desde aquel momento en que el reloj se paró en Lorca en la tarde del 11 de mayo. El suelo tembló súbitamente en dos ocasiones que permanecen grabadas de manera indeleble en la memoria de todos los lorquinos y lorquinas.

La ciudad quedó sumida en un profundo caos, confusión, tragedia y drama. Esos instantes cambiaron la historia presente de nuestra ciudad arrebatándonos nueve irremplazables vidas, provocando centenares de heridos y dejando una terrible estampa de desolación y ruina.

Quiero mostrar, una vez más, mi reconocimiento y consideración a las víctimas mortales y a sus familias. Y también hay que mostrar pública gratitud hacia todas aquellas entidades, instituciones y colectivos que se volcaron inmediatamente con nuestra ciudad y se entregaron a la enorme tarea de reconstrucción y reparación de las cicatrices que provocaron los dos sismos.

En estos diez años, hemos vivido momentos muy difíciles abordando la reconstrucción y regeneración de una ciudad que estuvo herida pero que ha sabido levantarse y mirar hacia adelante. Han sido diez años de encomiables esfuerzos centrados en la rehabilitación y construcción de viviendas, recuperación y creación de nuevas infraestructuras y reconstrucción y puesta en valor del patrimonio monumental de nuestra ciudad.

Durante este tiempo, ha salido a relucir el coraje de todos los lorquinos y lorquinas, pues hemos sabido recomponernos y fortalecernos como sociedad. La ciudadanía lorquina ha estado unida en la adversidad y hemos mantenido la unidad y la cohesión para levantarnos y proyectar de manera participativa un nuevo modelo de ciudad. Y hemos sabido hacerlo respetando también nuestra propia identidad e idiosincrasia.

En Lorca nunca nos cansaremos de reconocer la ayuda y solidaridad que llegó desde todos los rincones de España. Desde el minuto cero sentimos la cercanía y la empatía de todos los españoles en aquellos momentos tan complejos. Hemos demostrado ser un pueblo que mantiene viva la llama de su orgullo pero que sabe agradecer la inestimable solidaridad de la que siempre nos sentiremos deudores.

Hoy Lorca es una ciudad muy transformada y diferente de aquella. Y aunque la tarea no está finalizada, debemos seguir trabajando para seguir haciendo entre todos una ciudad más amable, más habitable y generadora de oportunidades. Hora es ya de finalizar las grandes infraestructuras pendientes como la Ronda de Evacuación y las obras de regeneración en los distintos barrios de la ciudad que contribuirán a dinamizar el crecimiento socioeconómico de nuestro municipio.