La Policía acudió, durante el confinamiento, varias veces a la casa de San Javier en la que una septuagenaria mató a su hija al incendiar el colchón de su cama.

«Va a pasar un día algo, una desgracia», tenían claro los vecinos de la zona, que fueron los que llamaron a la Policía Local siempre que veían algo extraño en el domicilio en el que vivían solas las dos mujeres, en la calle Mártires. En alguna ocasión, cuando fue la Policía, la señora manifestó su deseo de volver a una residencia donde había llegado a estar ingresada.

La madre, aseguran los vecinos, en ocasiones arrojaba cosas por las ventanas y no era la primera vez que había amenazado con pegarle fuego al piso. Lo hizo, presuntamente, esta semana. Los bomberos que entraron en la casa localizaron a la víctima y la sacaron, aunque su estado era ya muy grave: sufría considerables quemaduras por el cuerpo. De ahí que fuese llevada no a Los Arcos del Mar Menor, que es el hospital más cercano, sino al Virgen de la Arrixaca de Murcia, que cuenta con una Unidad de Quemados.

Llamaba la atención desde entonces que la hija estuviese en coma y la madre apenas hubiese inhalado humo. Cuando se tomó declaración a la mujer, que se encontraba mejor, consciente en todo momento, ella misma habría confesado que prendió fuego al colchón de su hija, «para despertarla», apuntan fuentes cercanas al caso. Para hacerlo, habría empleado un mechero, que llevaba en la mano. La madre fumaba compulsivamente.

Esta señora se encuentra ahora en un psiquiátrico de Cartagena, donde fue enviada por la jueza. Antes, había pedido el alta voluntaria de Los Arcos y se había marchado. La localizó la Guardia Civil vagando por la calle. Aunque no tiene diagnosticada ninguna enfermedad mental oficialmente, esta mujer ha de ser examinada por un médico forense, que determine si cuenta con las condiciones mentales aptas para ser o no imputada por la muerte de su hija.

El juez estudiaba la incapacidad

Se da la circunstancia de que un juzgado de San Javier estudiaba desde hace meses la solicitud del fiscal para tramitar la incapacidad de la mujer y de su hija, algo que se habría paralizado por el estado de alarma decretado por la pandemia de coronavirus.

Mientras, Sandra, la víctima mortal del incendio, será enterrada mañana por la mañana en San Javier. Sus compañeros en el Ayuntamiento, donde trabajaba como conserje, han recaudado dinero para comprarle coronas de flores. El sepelio, a las once de la mañana, en la parroquia de San Francisco Javier.

Fuentes cercanas al caso aseguraron que desde el Consistorio ofrecieron a Sandra una plaza para vivir en un piso tutelado, pero que ella no quería dejar a su madre sola.