El equipo lo forman solamente ocho personas, pero trabajan como si fueran 80 -o más-, arrimando el hombro para que la fiesta no decaiga y año tras año lo consiguen y superan con creces.

Se trata de los mayordomos y mayordomas de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, que además de ocuparse de las tareas propias y servicios que hay que atender en dicho templo, son los encargados también de preparar la Romería con la imagen de la Virgen de la Salud cada 2 de febrero.

El pasado 12 de enero tuvo lugar el cambio en la mayordomía. Como manda la tradición desde hace décadas, salen dos parejas de matrimonios y entran otras dos con el fin de que, de forma continuada, siempre haya ocho personas para hacer frente a las necesidades que exige tanto la parroquia como la ermita de La Salud.

Junto al matrimonio entrante se quedan, como veteranos y un año más, las dos parejas que entraron a formar parte del equipo en enero de 2018.

Los matrimonios que han cumplido los dos años de servicio y que, por tanto, ya no forman parte de la mayordomía, aunque sí de la asociación que hay constituida al efecto, son Antonio Ruiz Sánchez y María Encarnación Giner Rubio junto al matrimonio formado por Miguel Rosell Pérez-Chuecos y María de las Huertas Montiel Úbeda.

Los que pasan a ser veteranos, que entraron en enero de 2019 y saldrán en enero de 2021, son los matrimonios formados por José Luis Sánchez Cánovas, Juana María Gómez Mula, Rafael Navarro Cánovas y Rosa María González Cuadrado.

Los matrimonios entrantes en este 2020 que finalizarán sus tareas dentro de dos años, en 2022, son Raúl Díaz Ruiz y Ana María Pérez Pérez-Chuecos junto a Valentín Vielsa Sosa e Inmaculada García González.

Durante el acto de traspaso de poderes que tuvo lugar el pasado 12 de enero en presencia del párroco Kenneth Chukwuka Iloabuchi, se hizo balance del tiempo transcurrido durante los dos años de servicio de quienes han concluido su responsabilidad, así como de las actividades y proyectos más importantes que han llevado a cabo.

El párroco tuvo palabras de agradecimiento hacia sus más cercanos colaboradores y resaltó que sin su constante trabajo, el funcionamiento de la parroquia sería muy distinto.

Ser mayordomo o mayordoma supone un gran sacrificio durante dos años seguidos por parte de las parejas que aceptan el cargo, ya que además de los problemas propios de la familia y el trabajo cotidiano hay que estar presto cada día para atender las necesidades de un colectivo de más de 4.000 almas que es el que integra la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.

Además, los mayordomos y mayordomas son los principales vigías de cuantas actividades lleva a cabo la parroquia a lo largo del año, ya sea en el pueblo o en el santuario de La Salud.

Aparte están los servicios que prestan preparando el templo para las primeras comuniones en el mes de mayo, Semana Santa o Navidad al margen de los propios de cada domingo o festivo. En suma, se trata de personas con dedicación exclusiva durante dos años hacia los menesteres de la parroquia, algo que no está recompensado económicamente, porque su trabajo es totalmente altruista y que habría que tener en cuenta siempre.